Los desaparecidos de Tamaulipas historias que duelen. 

Antonio Sosa

  · jueves 30 de marzo de 2017

Por. Antonio Sosa.

Eran las cuatro de la tarde del lunes el 14 de junio del año2010, día en que Ángel Elí García Puga fue víctima dedesaparición forzada en el municipio de Ciudad Madero, su cuerpofue localizado cuatro años después en noviembre del 2014 a másde 160 kilómetros, en la fosa común de Ciudad Mante.

Con la localización del cadáver Martha Laura Puga, madre deÁngel, pensó que terminaba el calvario de ir de oficina enoficina clamando ayuda y pidiendo respuestas, pero a casi sieteaños sigue su peregrinar, pero ahora en busca del acta dedefunción de su hijo.

Ha tocado puertas, esperado, hablado, suplicado, llorado eincluso gritado ante la desesperación generada por un burocratismolento e insensible, funcionarios apáticos e ineficientes, quesólo dan largas a un proceso que se ha tornado tortuoso.

Va de oficina en oficina cargando, además del inmenso dolor porla pérdida de uno de sus diez hijos, los papeles, oficios, actas,firmas y todo lo necesario en buscan de una solución que lepermita concluir este ciclo.

"El tortuguismo de la ley me ha hecho andar mucho con documentosen brazos, es cómo llevarlo a él -su hijo- en brazos; quierofiniquitar esto por asuntos legales y por cuestiones de familia,soy una madre, y una madre nunca deja los asuntos a medias con sushijos", dijo.

Fue Martha quien desde que se enteró de la desaparición de suhijo comenzó la búsqueda, la esperanza de encontrarlo no menguóy en noviembre del año 2014 fue enterada que un cuerpo "noidentificado" yacía en la fosa común, el cual se ajustaba en un50% a su ADN y el otro 50% al de su hija.

La localización no se dio por la eficiencia de las autoridades,sino porque la desesperada madre que abordó y clamó ayuda delentonces gobernador Egidio Torre Cantú en un evento realizado enlas escolleras de Miramar a inicios del 2014.

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NO HAY LUGAR DE LAMUERTE.

Ahora el problema que argumentan las autoridades para no darleun acta de defunción es que el certificado médico de la muertetiene errores y que a su juicio esta viciado, porque no seespecifica el sitio donde se privó de la vida a Ángel.

"La ley no está capacitada para dar solución a estos asuntos,he ido de oficina en oficina del Registro Civil en Ciudad Madero yCiudad Mante y ellos dicen que hay un error en el certificadomédico", indica la mujer con habla pausada y llena deindignación.

Detalló que "el certificado médico -sellado y firmado porperitos de la Procuraduría General de Justicia del Estado- diceque se desconoce el sitio donde mi hijo perdió la vida y esverdad, ya que donde lo encontré -en la fosa común de CiudadMante- no es el sitio donde murió y por ese motivo no me dan suacta de defunción".

EN JUEGO DEUDAS, UNA CASA Y UNAHIJA. 

La negativa de las autoridades por dar un acta de defunción hagenerado problemas diversos a los familiares sanguíneos ypolíticos de Ángel, quienes requieren de este documento paraconcluir diversos trámites.

"La suegra de mi hijo no puede concluir un asunto con el banco,ya que ella le firmó -como aval- para que sacara un préstamo y lepiden acta de defunción para finiquitarlo y no puede", explicódoña Martha, residente en la colonia “Adriana González deHernández” conocida como El Chipús, al norte de CiudadMadero.

De igual modo el Infonavit ha pedido el documento para poderreembolsar o entregar la casa que su vástago tenía en Reynosa,"se terminó la suspensión tres veces y ya no hay otra más,Infonavit dice que le entregue el acta de defunción y estableceracuerdos por si quiero la casa se termina la deuda o se regresa enun 80% lo que mi hijo pagó".

Está tambien la hija de Ángel, hoy con diez años de edad,espera el documento para constatar si existe algún apoyo por servíctima del delito de desaparición forzada de su padre.

"El Gobierno Federal destinó recursos para las familias de losdesparecidos, he acudido a las oficinas de Atención a lasVíctimas del Delito, al principio dijeron que me iban a ayudarpara sacar el acta y ahora no me contestan el teléfono aún cuandoestán obligados a ayudarme", expuso la mujer a El Sol deTampico.

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En su andar es común encontrarse a personas con la mismaproblemática, que avanzan entre las oficinas del MinisterioPúblico, el Registro Civil y Atención a Víctimas, pero enninguna hay respuestas.

"Me encuentro familias y personas que lo han perdido todo, aquien llevaba el sustento a casa, que tienen hijos y buscan apoyoque no llega, tocamos puertas y hablamos, sólo nos piden númerode teléfono de una llamada que nunca llega", lamentó.

Martha Puga, la aguerrida y dura mujer en apariencia, se quiebraal recordar los días de dolor que ha transcurrido y sólo pide lasensibilidad de las autoridades y ayudar a las familias que, comoella, esperan un acta que permitan comprobar legalmente la muertede su familiar arrancado por la delincuencia.

Con las cenizas y la foto de su hijo a un costado, clama por unasolución, por un documento que le permita sentir que terminaronlos pendientes con Ángel aunque el dolor de una madre a la que learrebataron a su sangre seguirá por siempre.

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