Letras olvidadas

No han sido hojeados desde hace años y mucho menos consultados

Antonio Sosa

  · lunes 23 de abril de 2018

Antonio Sosa

Con carátulas borrosas consumidas por el sol, el polvo y el ambiente salitre de esta zona de puerto, pero sobre todo por el olvido en el que han permanecido durante años, es como se encuentran las obras de los “Paralibros” distribuidos en la zona de Tamaulipas.

No han sido hojeados desde hace años y mucho menos consultados, convirtiéndose en el fiel reflejo de la falta de un programa efectivo de impulso y respeto a la lectura de cualquier nivel de gobierno.

Hoy se conmemora el Día Internacional del Libro, con una imagen constante y deprimente de estos “Paralibros” en las plazas públicas de Tampico y Ciudad Madero.

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“Es lamentable la situación que se observa en estas estructuras, donde las obras literarias están abandonadas y destruidas, no por el uso, sino por el olvido”, dijo José Luis Hinojosa Banda, presidente de la Comisión de Atención a la Juventud.

Estas “Salas de Lectura” del Programa Nacional del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) no es nuevo, ya que cumple 23 años en desarrollo, pero fue en el 2015 que se estableció en la zona sur de Tamaulipas.

Tiene más de 2 mil salas en todo el país para garantizar el acceso al libros colocándose en sitios públicos para que los ciudadanos de a pie tengan acceso a la lectura al encontrarse en su paso con un libro en los “Librobicis” y “Paralibros”, estos últimos los únicos existentes en la región.

CRIMEN A LA CULTURA

El abandono que enfrentan los “Paralibros” en la zona sur de Tamaulipas es un verdadero crimen a la cultura y el aprendizaje.

“En muchas escuelas y en la misma biblioteca hacen falta títulos y tenemos en estos sitios un abandono criminal de decenas de libros”, expuso el concejal maderense

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Títulos como “La tumba”, de José Agustín; “Cuentos de la veranda”, de Herman Melville; “Los indios de México”, de Fernando Benítez; “Mexico frente a Estados Unidos”, de Josefina V. Velázquez; “La prueba de la promesa”, de Juan Ruiz de Alarcón; “Los últimos dioses de Slajibal ajawetik”, de Marceal Méndez; “El jinete del dragón”, de Cornelia Funke; antologías como “Me narraré hasta encontrarte” y “Cuentos tamaulipecos”.

Con ensayos, artículos, cuentos, poesía, novelas en prosa y verso contenidas en obras abandonadas, dañadas por el olvido y la apatía oficial es como se conmemora en esta zona sur de Tamaulipas el Día Internacional del Libro.