Una lesión en su mano izquierda amenazaba con terminar la trayectoria en el softbol femenil amateur de Ana Leticia Gámez González, quien sin embargo se repuso de semejante adversidad y sigue disfrutando como siempre de este deporte que tantas satisfacciones le ha brindado.
“Tengo 19 años practicando el softbol y lo juego porque me gusta mucho, me gusta sentir la adrenalina, la emoción de si vas ganando o vas perdiendo”, asegura Ana Leticia, quien en sus mejores momentos se destacó como una sobresaliente lanzadora zurda, que incluso fue campeona serpentinera en una temporada.
“Me gustaba mucho pitchear, es verdad, pero tuve una lesión en mi mano izquierda y fue lo que me afectó, estoy perdiendo la fuerza y ya no puedo lanzar, pero trato de seguir jugando porque me encanta el softbol”, expresa.
Jugadora todo pundonor, al no poder batear de lado zurdo, lo hace al revés. “Gracias a Dios puedo batear al lado derecho y así me mantengo activa”. De hecho, la jugadora del equipo Tancol anotó una carrera en el último juego de su novena en la Liga Petrolera “4 de Octubre” de softbol femenil.
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Sus equipos
“El equipo que primero me dio la oportunidad de jugar y de tener grandes amistades fue Tancol, que lo dirigía Elvia López y jugábamos atrás del penal de Andonegui; después de ahí dejé de jugar un poco y me invitaron a jugar en La Pandilla con mi amiga que siempre la recuerdo con mucho cariño Lidia Monsiváis”, recuerda.
“Luego hicimos un equipo que se llamaba Rebeldes que fue con el que más me identifiqué, fui la pitcher y me gustó mucho ser lanzadora, de 25 partidos perdí solamente cuatro y gané 21 y quedé campeóna pitcher”, señala la softbolista.
“Ese equipo me encantó porque casi todas éramos novatas y me gustó mucho el ambiente, después jugué con Amazonas de Tampico Alto y de ahí me fui a participar en Altamira con otro equipo llamado Rebeldes, en el que estuve varias temporadas y posteriormente estuve en el tim de Bandidas. Dejé de jugar por mi lesión, pero ahora estoy de regreso con Deportivo Tancol y ahí la llevamos”, asegura.
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“Quiero seguir jugando mientras yo pueda, porque la verdad me encanta el softbol, me ha dejado grandes amistades, acudir a los estatales Máster, conocer gente nueva, ver cómo se juega al lado de grandes jugadoras y aparte me sirve mucho para mi estrés, para la ansiedad que de repente me da, me encanta seguir jugando softbol y mientras Dios me permita seguiré jugando y recobrando la fuerza en la mano izquierda”, afirma.
