La fragilidad de la economía mantiene a un ritmo muy lento la recuperación del empleo formal entre las empresas pequeñas y medianas de la industria de la transformación en el sur de Tamaulipas, donde operan al 60% de su capacidad instalada.
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En el contexto estatal, el sector tiene alrededor de 7 mil empleos menos, a nivel nacional son poco más de 600 mil, los cuales podrían ser similares a los del cierre del 2019, hasta finales del año próximo, estimó el presidente de la delegación regional Canacintra, Raymundo Tamayo Rentería.
En la región, lo que más ha pegado a las mipymes de la transformación es la suspensión en el aplazamiento de proyectos de mantenimiento correctivo de las plantas asentadas en el corredor industrial de Altamira, quienes han reducido la contratación de servicios de las empresas chicas.
Otro factor es la contracción del mercado interno, las alzas en materias primas y de combustibles que han impedido una recuperación más dinámica de ese sector, el cual hasta el primer trimestre de este año acumulaba un registro de poco más de 351 mil fuentes de trabajo en la entidad.
“La expectativa es que México volverá a los niveles prepandemia hasta finales del 2022 o mediados de 2023, porque no hay capacidad para recuperar el 100% de la producción, lo que complica la recontratación de personal”.
A nivel nacional, el año pasado se perdieron cerca de un millón 400 mil empleos y solo se han recuperado poco más de la mitad, lo que no es diferente en la zona de Tamaulipas, donde el sector de la transformación fue el más golpeado por la pandemia, porque está compuesto por micro, pequeñas y medianas, contrario a la región fronteriza donde el grueso es maquilador y reporta un reactivamiento ágil.
Dijo que hay segmentos menos afectados como de la fabricación de alimentos, pero en este año la espiral inflacionaria ha mermado los márgenes de utilidad, lo que complica que pudiera alcanzar signos de recuperación.
Sin embargo, explicó, lo que toca a los empleadores es tomar la capacitación como herramienta de recuperación, y no solo esperar el apalancamiento del gobierno, que fluye muy lentamente y en ese sentido la propuesta es aprovechar la coyuntura para ampliar conocimientos, mejorar ese segmento de los negocios, comúnmente dejado para después entre el empresariado.
Hasta ahora las cifras no son positiva, indicó, ya que 2019 terminó con decrecimiento económico de menos 0.1% del PIB, en el 2020, la pandemia por el Covid-19 provocó la caída de 8.5%, mientras que en los primeros tres meses de este año, la recuperación del PIB apenas alcanzó 0.76% comparado contra el último trimestre del año 2020, lo que obliga a un mayor esfuerzo para la sobrevivencia y recuperación económica.