Las “Duquesas” son los dulces artesanales que identifican a Tampico, que forma parte de su obligado menú gastronómico y degustación de los paseantes.
Aunque en algunas páginas de Internet aseguran que son originarias de Veracruz, fue aquí en esta ciudad donde surgieron hace aproximadamente unos 72 años y hasta la fecha son unas de las más populares entre los habitantes de la zona conurbada del sur de Tamaulipas.
En septiembre, las famosas "Duquesas" son parte de la decoración culinaria en la mayoría de las fiestas patrias, en las tradicionales charolas de barro o los canastos que llenos de típicos dulces mexicanos se colocan en las mesas.
En la República Mexicana este dulce no es muy conocido e incluso en ciudades tan cercanas como Monterrey, Nuevo León, la mayoría de las personas lo desconoce, pero una vez que lo “prueban”, quedan enamorados por su exquisito sabor a coco.
UNA TRADICIÓN DE GENERACIONES
Eduardo Muñoz forma parte de la tercera generación de la familia Muñoz que desde hace más de 70 años elabora y comercializa las “Duquesas”.
De albañil a dulcero, así se transformó la vida de Eduardo de un día para otro, cuando fallece su hermano Marcelino hace unos años, quien estaba encargado de la dulcería.
“Fue algo inesperado que de pronto nos quedáramos al frente de este negocio que inició mi papá Sergio Muñoz hace como 72 años”, comentó Lalo a El Sol de Tampico.
La entrevista se realiza en el negocio ubicado en la Avenida Emilio Porres Gil de este puerto, muy cerca del Canal de La Cortadura, donde Eduardo elabora las tradicionales “Duquesas”.
“Mi padre nos platicó que llegó un señor de España, de quien no recuerdo su nombre, él trajo este dulce y como en aquellos años había una crisis económica muy fuerte mi papá aprendió a hacerlo para vender. Tiempo después se queda sin trabajo y decide retomar la venta de dulces”, agrega.
Así comenzó la historia de las “Duquesas”, que son deliciosas empanadas hechas con tortilla de coco rellenas de merengue que contiene yema de huevo y harina.
IMITADAS, PERO NO IGUALADAS
Muchas personas les han pedido la receta para elaborarlas pero “es un poco difícil decir lleva tanta cantidad de coco o de azúcar, se hace sólo calculando y mejor les decimos vengan y aquí les enseñamos”.
Han surgido muchos competidores e incluso una escuela de gastronomía quería la receta exacta y ante esto ellos optaron por patentizarla y ahora la marca le pertenece sólo a la familia Muñoz.
En la década de los cincuenta y ante el incremento de la venta, Sergio Muñoz se instaló en un solar baldío de la zona centro de esta ciudad y ahí comenzó a vender el dulce, primero lo acreditó en la calle y luego en las escuelas y así se fue expandiendo.
Después puso el negocio casi enfrente de la Unidad Deportiva de Tampico y finalmente ante la demanda se cambió a donde se encuentra actualmente.
A pesar de que el fundador era un hombre que sólo sabía leer y escribir, esto no fue impedimento para que tuviera una gran visión en lo que era el comercio, tan es así que asesorado por un ingeniero creó su propia maquinaria rústica para hacer los dulces artesanales, entre ellos las "Duquesas” y una variedad de cocadas, chilacayotas, biznagas, etc.
Utilizó como maquinaria un rallador de queso y le agregó un motor y una paila -cazo grande- para la elaboración de los dulces y después de 50 años continúan en funcionamiento, es donde se hacen estas delicias artesanales.
Hace 10 años Don Sergio partió de este mundo, pero su legado continuó con su hijo Marcelino y ahora con la tercera generación que trabaja desde temprana hora con ese entusiasmo e ímpetu para que la "Duquesa” continúe siendo uno de los orgullos de Tampico.
Artistas como Raquel Garza, originaria de este puerto, es una de las más fervientes seguidoras de este dulce, cada que visita esta región se lleva una buena cantidad para compartir y promover entre sus amigos del mundo del espectáculo.
Las "Duquesas” se han colocado como parte de la variedad culinaria y cultural de esta zona porteña, por lo que el dulce, legado de Don Sergio Muñoz, sin duda continuará.