El acero, insumo clave en la manufactura de productos que van desde la fabricación de herramientas, electrodomésticos, buques cisternas, instrumentos quirúrgicos y en especial la edificación, reporta en los últimos meses un importante ascenso en los precios, agravando la debilitada economía de la industria de la construcción tamaulipeca, de capa caída desde hace cuatro años.
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Los costos de ese suministro, sujeto a las cotizaciones de los materiales en los mercados internacionales, no quedaron exentos de los trastornos por la pandemia, la cual causó reducción en los ritmos de producción, derivando a partir de septiembre pasado, alzas mensuales del 6% y acumuladas del 35% haciendo más difícil la supervivencia del sector constructor y aplazando proyectos de obras y equipamiento.
Gerardo Holguín López, coordinador en la zona sur de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, comentó que el encarecimiento de materiales para el sector empeoran el entorno económico para las constructoras, las que han batallado mucho para mantenerse operando experimentando en el 2020 un derrumbe escandaloso el 37.4% del valor total de su producción, en comparación con el año anterior.
CONSTRUCCIÓN EN CAÍDA
No obstante, establece que los factores de mayor peso hacia ese comportamiento negativo fue el cierre de la actividad productiva por el confinamiento social obligado por la crisis sanitaria y la disminución del gasto público y privado hacia la construcción. En ese sentido, agregó, en la medición del desempeño productivo nacional esta entidad federativa perdió en el año anterior 14 lugares, pues de la posición 12 pasó a la 26, al caer la facturación en 13 mil 486 millones de pesos, mostrando la baja generalizada que se viene dando en los porcentajes de inversión en infraestructura y equipamiento, asociado a los incrementos de precios.
En 2020 las ventas fueron por 15 mil 997 millones de pesos, cuando en 2019 fue de 25 mil 111 millones de pesos, colocando a Tamaulipas en los últimos lugares en el valor total de la producción, solo por encima de Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Morelos.
En cuanto al Producto Interno Bruto (PIB), dijo que en el período enero-septiembre de 2020, el PIB de la Construcción Nacional fue de un billón 422 mil millones de pesos y la entidad se situó en el lugar número 8 por su aportación al PIB Nacional con 60 mil 564 millones de pesos,
“Venimos de un tobogán de cuatro años de estar a la baja, antes de la pandemia ya teníamos derrumbes por influencias diversas, aunque la perspectiva es que en este 2021 por ser una etapa electoral comience la recuperación, pero sin llegar a niveles de crecimiento”, opinó el constructor maderense.
SECTOR EN CRISIS
El presidente del Colegio de Arquitectos de Tamaulipas, Armando Hidalgo Guerrero, aseveró que el acero y cemento son materiales altamente requeridos en labores cotidianas de la construcción, pero su escalada en precio ha obligado a los clientes a postergar ampliaciones, remodelaciones y nuevos proyectos.
El impacto en los precios va directo al encarecimiento de las obras, que se asocia a otros materiales como los agregados para concreto y los acabados, además de los combustibles, causan una recesión en las obras generales, agravando la crisis económica en corto plazo.
PRECIOS AL ALZA
El empresario José Luis del Ángel Sosa, proveedor del sector constructor, explicó que contrario a las expectativas por la pandemia, que hizo caer la demanda en 7%, a nivel mundial el “commoditie” mantiene una escalada alcista, pues las plantas de Nuevo León, Coahuila y Veracruz redujeron la plantilla de obreros obligados por el distanciamiento social, lo que derivó en una menor producción.
Esa reducción y la recuperación del consumo, a partir de julio, originó alzas que todavía no paran, comenzando en septiembre con 3%, octubre 8%, noviembre y diciembre 6% cada mes, enero 6.3% y con un porcentaje similar en febrero, agregó.
“Por ahora, no sabemos hasta cuándo pararán esa escalada, porque el virus no cesa y mantiene incertidumbre hacia la cadena de valor, obligando incluso a programar pedidos anticipados del metalúrgico, para que lleguen a tiempo, causando que sea el consumidor final el principal afectado.
Con datos de la Cámara Nacional de la Industria y el Acero, en México 61.5% de la producción se destina a la construcción, 10.6% a la industria automotriz y 18.8% a productos metálicos, tales como piezas esenciales para ferretería, entre otras.