La Victoria de Tampico del 11 de septiembre de 1829 que culminó con la capitulación del ejército español encabezado por el brigadier Isidro Barradas y puso fin a los planes de reconquista para la Corona española, tuvo muchos actos heroicos que es necesario que se conozcan.
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De entre muchos de ellos, se destaca la captura de una balandra española por un grupo de valientes mexicanos que infundió ánimo al resto de los combatientes, lo que llevó a una aplastante victoria que selló la libertad de México como país.
El triunfo de las huestes locales en tierras tamaulipecas ya está inscrita en la historia nacional y es la única derrota militar aceptada por la Corona española encabezada por Fernando VII, quien pretendía recuperar el incipiente territorio mexicano que atravesaba inestabilidad social y política.
Pedro Granados Ramírez, integrante de la Asociación Rescate Histórico de México, A.C., señaló que de acciones como esta por parte de heroicos mexicanos se logró liberar por completo a México de la regencia ibérica en el país.
LA BALANDRA ESPAÑOLA
De acuerdo con investigaciones de la Asociación Rescate Histórico de México, A.C., la región se encontraba bajo el asedio del ejército español que había arribado procedente de Cuba con el fin de iniciar la reconquista del territorio que habían perdido años atrás.
El hecho heroico, como fue la captura de la balandra española que impactó positivamente en los combatientes nacionales, tuvo lugar la madrugada del 3 de septiembre de 1829 bajo una fuerte tormenta, lo que facilitó tomar por sorpresa a los integrantes del ejército invasor.
Aprovechando la noche y las condiciones climáticas imperantes, un grupo de soldados nacionales comandados por el Teniente Coronel Carlos Banesky de Beaufort, del Coronel José Stávoli y Francisco de Paula Tamariz, logran acercarse a la embarcación anclada frente al Fortín de la Barra que había sido ocupado por los españoles.
El sorpresivo y exitoso ataque del comando del ejército mexicano en esta batalla por la defensa de la nación fue llevada a cabo por 40 elementos del Batallón Tercero Permanente y estaban distribuidos en cuatro lanchas que lograron acercarse al navío logrando su captura.
Con base a los relatos, la refriega en la balandra alertó a los guardias del Fortín que en apoyo a sus correligionarios comenzaron a atacar mediante el disparo de mosquetes y cañones en afán de repeler las acciones del ejército mexicano.
La gallarda acción de los nacionales siguió adelante logrando liberar la embarcación que, en medio del fuego enemigo, la fuerte corriente del río Pánuco y la intensa lluvia, fue remolcada aguas arriba hasta el Fuerte de Las Piedras ubicado en la margen sur del afluente a la altura de lo que hoy se conoce como el canal de La Cortadura (construido en 1832), representando un triunfo importante sobre el ejército invasor.
ÚNICA DERROTA MILITAR ACEPTADA
La Batalla de Tampico o del Fortín de la Barra no solo fue un enfrentamiento armado entre los pobladores del territorio y las fuerzas imperiales de España, es la única y gran derrota militar reconocida por la Corona española que no volvió a intentar la reconquista de México.
La última batalla fue encabezada por los generales mexicanos Antonio López de Santa Anna y Manuel Mier y Terán contra la División de Vanguardia del Ejército Real comandada por el brigadier Isidro Barradas, que buscaba sentar las bases para una nueva sumisión al interés del rey de España, Fernando VII.
Con base a relatos de la historia, en toda la guerra de Independencia no existe una sola capitulación de las armas documentada y, sobre todo, aceptada por el reinado español, más que la del 11 de septiembre de 1829, lo que resalta su valor histórico y reconocimiento que merece en honor de miles de mexicanos anónimos que dieron su vida por ser libres.
El fin de la guerra de Independencia fue declarada el 27 de septiembre de 1821, dado que cesaron las hostilidades por acuerdos políticos pero no por una capitulación por las armas como en 1829.
Datos de la Asociación Rescate Histórico de México, A.C. indican que pese a los acuerdos de 1821, el reino español encabezado por Fernando VII, alentado por grupos de españoles y nacionales afines a su trono en el territorio nacional, insiste en lograr la recuperación y para ello organizan la embestida del general Isidro Barradas en julio de 1829 aprovechando que había inestabilidad social y política en esos años.
DEFENSA DE LA NACIÓN
De acuerdo con datos de la investigación, la región fue asediada por el ejército español desde el mes de julio, creando un clima de zozobra en la región y dando inicio las primeras acciones el día 21 de ese mes por la madrugada, ya que las huestes del general Santa Anna desde el Pueblo Viejo iniciaron el sitio a la ciudad que se prolongó hasta septiembre.
Después de varios enfrentamientos, bajo condiciones climáticas adversas para ambos bandos, al anochecer el día 10 de septiembre se da inicio al combate final en la Barra del río Pánuco y del Fortín de la Barra extendiéndose aguas arriba del río Pánuco para culminar alrededor de las 6:00 horas del 11 de septiembre de 1829.
Ese mismo día, según datos históricos, a las 15:00 horas (3 de la tarde), el brigadier Isidro Barradas firmó la capitulación de las fuerzas españolas, y en calidad de prisioneros fueron obligadas a embarcarse hacia La Habana y España.
Finalmente, la Independencia formal de México se reconoció por escrito y por intereses políticos el 25 de diciembre de 1836 con los tratados Santa María-Calatrava, firmado por Miguel Santa María y José María Calatrava, no registrándose ningún nuevo intento del reino español por volver a conquistar a México.