Algunos dicen que una grúa golpeó una parte del casco en el barco y salió la chispa que comenzó el incendio, otra versión señala que las disputas sindicales que se registraban en aquellos días fueron la causa de la conflagración, pues la empresa quiso dar un escarmiento a los trabajadores petroleros.
Eran pasadas las 11 de la mañana cuando se dio la alarma, 25 obreros de la empresa petrolera El Águila trabajaban en el Essex Isles, un navío de nacionalidad inglesa, que había atracado en la Terminal Marítima Madero, sobre el río Pánuco, para cargar combustible. El fuego comenzó prácticamente en el área del barco donde se almacenaba el petróleo.
Los obreros mexicanos no tuvieron oportunidad de ponerse a salvo, pues en minutos una inmensa explosión los hizo volar en pedazos, mientras los cuerpos de auxilio trataban a toda costa de poner a salvo instalaciones donde había almacenados más barriles de petróleo y donde se encontraban también diversas oficinas administrativas.
Ninguno de los 25 trabajadores pudo ser identificado por sus familiares, pues el siniestro arrasó con gran parte del barco, quedando las cenizas mezcladas con los restos de los combustibles y la estructura del navío. La fecha está marcada como una de las peores tragedias en la industria petrolera del sur de Tamaulipas.
Pero también ese jueves 13 de enero de 1927 se dimensionó los grandes riesgos que representaba trabajar en la incipiente industria de la extracción de los hidrocarburos, lo que avivó más la lucha por los derechos de los obreros, que por aquel entonces lideraba Isauro Alfaro Otero en el sur de Tamaulipas y a la que se unirían los petroleros de las diversas compañías que operaban en esta región del país.
En una lista grabada en una enorme piedra sobre la tumba de "Los Quemados", en el cementerio de Árbol Grande en Ciudad Madero, se leen los nombres de Sergio Vega, Isidro Banda, Pablo Rivera, Alfredo Ruiz, Pedro Araiza, Pedro Guevara, Martín Flores, Miguel Guzmán, Gregorio Vega, Hilario Zúñiga, Antonio Rivera, Melitón Rivera, Nicolás Bolaños, Benito Martínez, Miguel González, Mariano Delgado, José Montelongo, Juan S. Hernández, Eduardo Culebro, Antonio Cisneros, Gabriel González, Aurelio González, Indalecio Marfil, Norberto Rodríguez y Concepción Estrada.
Es todo lo que queda de las personas que vivieron aquella horrible tragedia, erigiéndose un monumento tres años después de los sucesos en 1930, el monolito fue traído de la Sierra del Abra, en San Luis Potosí, mide 2.5 metros y durante muchos años los familiares de los trabajadores petroleros llevaron flores hasta esta parte del cementerio, sin embargo en las últimas fechas se han visto pocas personas dejar ofrendas en lo que se conoce entre los trabajadores de la necrópolis como la "Piedra de los Quemados".
A partir de 1935, una vez que los petroleros pudieron conformar su sindicato, iniciaron los homenajes para estos trabajadores que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber, tres años más tarde se realizó la expropiación petrolera por parte del general Lázaro Cárdenas del Río y la calle paralela a la que se llama Álvaro Obregón en la zona centro de Madero fue nombrada 13 de Enero, en homenaje a estos obreros de la industria del petróleo.
La calle 13 de Enero comienza en la colonia Arboledas, cruza la zona centro por atrás de la Presidencia Municipal de Madero y se interna en la colonia Benito Juárez, cruzando las vías del tren. Se encuentra entre las principales arterias de la urbe petrolera, pero pocos conocen ya el origen de la nomenclatura, que no sólo representa la entrega de los 25 trabajadores a su trabajo, sino también la lucha obrera que se vivió a principios del siglo pasado para obtener los derechos laborales que hoy todos los trabajadores disfrutan.