La sociedad astronómica de Tampico

Antonio Sosa

  · viernes 18 de agosto de 2017

Amantes de observar el cielo, de seguir el rastro de lasestrellas y acercar su mirada a planetas lejanos, eso eran losintegrantes de la Sociedad Astronómica de Tampico. Estabanpendientes de todas las manifestaciones del universo, con los ojospuestos en el firmamento, percatándose desde lluvias de estrellas,colisiones hasta los eclipses. Ante la cercanía de un evento solarel próximo lunes, El Sol de Tampico se dio a la búsqueda delocalizar a alguno de sus integrantes, constatando que hace añosque no se congregan.

Con 73 años de edad, José Arizabalo Castillo asegura habersido integrante de esta cofradía estelar y recuerda sus largasobservancias a través del telescopio. La Sociedad Astronómica deTampico fue fundada por el reconocido médico optometrista JaimeEtienne, cuya óptica se localizaba en la calle Colón casi esquinacon Altamira, en el corazón del puerto jaibo.

Se sumaron profesionistas y destacados tampiqueños como EugenioHayos, nacido en Budapest, Hungría, pero arribó al país atemprana edad, siendo el encargado de realizar la primera conexiónde teléfono de Cerro Azul a Tampico.

[caption id="attachment_683878" align="alignnone" width="615"]José Arizabalo Castillo[/caption]

“Estaba además el señor Mimeaga, quien fue director deTelégrafos, Enrique González que era funcionario de Pemex, elarquitecto Manuel González”, dice nuestro entrevistado, quienera el más chaval de todos con apenas 25 años allá, mismo que enun apunte de nostalgia indicó que “todos éramos aficionadospero con mucho cariño al cielo”.

En una estimación de tiempos, porque aclara no es bueno paralas fechas, el señor Arizabalo dijo que la Sociedad Astronómicade Tampico comenzó a operar entre finales de los 60’s e iniciode los 70’s, quizás para observar el eclipse de 1969.

“Yo me asocié más o menos en el '75 y estuve constantevarios años, luego me salí y ellos siguieron trabajando por lomenos hasta mediados de los 90's”, apuntó.

Incluso en el eclipse del 11 de julio de 1991, el señor JaimeEtienne fue entrevistado en varias ocasiones por El Sol de Tampicoen relación a este fenómeno.

Se reunían cada 15 días en el tercer piso del EdificioAlijadores, en las calles Isauro Alfaro y Madero, que les prestabanpara sus juntas “en las que platicábamos, exponíamos dudas eintercambiábamos conocimientos de astronomía”.

La mayoría tenía sus telescopios refractores o reflectores,aunque existen otros aparatos como el Schmidt o el catadióptricoque son menos comunes para el uso amateur.

Cuando pertenecía a la Sociedad, don José, quien estudió suprimaria y secundaria en el Instituto Cultural Cervantes conprofesores españoles, era empleado de su padre en un taller deelectrónica, en base a conocimientos al cursar la vocacional en elTec Madero.


LA OSCURIDAD SE HAIDO


El sitio preferido para observar las estrellas y su caprichosomovimiento era la zona de la Playa de Miramar, donde lascondiciones de oscuridad eran mucho mejores a las de hoy.

“Hace medio siglo el cielo de esa zona era bastante oscuro,hace cincuenta años el resplandor de la ciudad era menor  yhabía una oscuridad muy aceptable, ahora es distinto, la zonaurbana está en todos lados”, dijo el hombre mientras bebe unataza de café.

Arribaban a la costa maderense alrededor de las 9 de la noche,donde sin temor a atracos permanecían hasta entrada la madrugada,ya que el tiempo transcurría a velocidad al estar viendo alinfinito.

“Veíamos lluvias de estrellas en distintas partes del año,eclipses y las constelaciones, Júpiter y sus lunas, el anillo deSaturno, los cráteres de la Luna”, era un verdaderoespectáculo.

Había ocasiones que se juntaban hasta quince observadores,algunos con su familia.

Junto con la buena oscuridad se ha ido el interés de las nuevasgeneraciones por ver el cielo, “ya la gente no ve hacia arriba,sólo andan buscando Ovnis, cuando el cielo por sí solo es unespectáculo”.

Arizabalo confía en que la juventud retome la contemplación dela bóveda celeste y descubra la belleza que en ésta existe.

“Una de las mayores emociones es cuando vi los anillos deJúpiter, era como un huevo estrellado en el cielo, algo muybello”, dijo el septuagenario, quien en sus tiempos mozos fueintegrante de los grupos de rock “Los Tigres” y “LosBlessings”.


EL ECLIPSE QUE SEACERCA


El eclipse del próximo lunes emociona a don José Arizabalo, yaque evoca aquellas épocas en que integró la Sociedad Astronómicade Tampico.

Dijo que este será parcial y en la zona será percibido demanera muy leve, además de recomendar por ningún motivo observarde manera directa este fenómeno.

“El ancho de la franja de oscuridad es de aproximadamente 270kilómetros, además se sentirá un descenso en la temperaturaatmosférica y los animales cambiarán su comportamiento alregresar a sus madrigueras o nidos en las zonas de oscuridad”,explicó.

Detalló que los eclipses son de tres tipos, el solar, el lunary el anular, este último que es solar pero sólo como un anilloalrededor del Astro Rey.

Los eclipses, comentó el observador, se dan sólo en Luna nueva“cuando da la espalda a la Tierra, la oscuridad mayor en estecaso será en Estados Unidos, de 2 a 3 minutos, y nunca debe versedirectamente con los ojos, porque implica quemadura de la retinatemporal o definitiva, se usan vidrios oscuros para caretas desoldadores que se adquieren donde se venden objetosindustriales”.

Arizabalo recuerda con nostalgia su paso por la SociedadAstronómica de Tampico, de cuyos antiguos compañeros nada sabe, yconfía en que el paso de un nuevo eclipse, el primero de estesiglo, regrese el interés de los jóvenes a voltear a ver el cieloy descubrir la bella y mística danza de estrellas, cometas,satélites y planetas.

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