La locomotora llamada Don Patricio llegó por primera vez a Ciudad Victoria, marcando el inicio de la actividad ferroviaria en el corazón de Tamaulipas, con el potente pitido de su máquina hace más de 130 años.
Era octubre de 1890 cuando el arribo de la mole de acero causó furor en la capital tamaulipeca, ante la llegada de la unidad de la División del Golfo de México, que conectó al puerto de Tampico con la ciudad de Monterrey pasando por Victoria.
Hoy la centenaria estación del ferrocarril, ubicada en la calle Hidalgo No. 23 de la colonia Nacozari de Ciudad Victoria, está olvidada, sin que se cristalicen las promesas de restaurarla por parte de varios gobiernos.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Esta instalación por muchos años fue el sitio neurálgico en el desarrollo económico de la ciudad, por ser la conexión de personas y mercancía de esta capital hacia Tampico y Monterrey, de forma directa y hacia otras ciudades del país a través del ferrocarril.
Era esa la emblemática estación a donde arribaba la primera locomotora en el año de 1890, llamada ‘Don Patricio'.
Don Porfirio Díaz Mori y Don Guadalupe Mainero Juárez inauguraron el tranvía de carga y pasajeros de tracción animal, con recorrido Mercado–Estación y un ramal a la Hacienda de Tamatán, propiedad del Tte. Corl. Manuel González, hijo del presidente municipal de ese año, Don Francisco Terán. El trenecito dejó de funcionar en 1909.
En aquel entonces una empresa del Ferrocarril Nacional Mexicano, que durante el porfiriato comunicó al polo industrial de Monterrey, Nuevo León, con el importante puerto de Tampico, vio en el desarrollo ferroviario una parte fundamental de la estrategia de integración capitalista desarrollada en esa época.
De acuerdo al cronista e historiador de Ciudad Victoria, Francisco Ramos Aguirre aquellos “eran tiempos del gran auge ferrocarrilero, cuando al fin llegó el tren a Victoria se abrió paso a la modernidad de aquellas épocas para la ciudad y las familias iban a ver el paso del tren como un gran acontecimiento cultural”.
En aquellos años el comercio y las posibilidades económicas para la capital cuerera se multiplicaron y la estación de ferrocarril se convirtió en el sitio más moderno y de los más visitados en la ciudad, pues acortó las distancias con otros puntos del país.
DIEGO RIVERA Y EL DUQUE DE WINDSOR ESTUVIERON AHÍ
El historiador insiste en la importancia cultural e histórica que se perdió con el cierre de la estación abrazada por la falta de interés en rescatarla.
Como ejemplo recordó que en el año de 1950, Eduardo VIII Duque de Windsor y quien fue rey de Inglaterra por menos de un año para abdicar a la corona y casarse con la actriz estadounidense Wallis Simpson, pasó por esta estación.
Ambos personajes causaron impacto entre los victorenses al viajar en un vagón privado del tren que los trasladó de Monterrey a Tampico, que a su llegada a Victoria, y ante tanta gente que se fue a conocer al noble inglés, el Duque asomó del tren para agradecer las muestras de cariño y saludar a la gente. De igual manera el muralista Diego Rivera acudió para estar en la sala de espera de la estación y dibujar a la gente, cuyas ilustraciones plasmó en un libro.
EL TREN DE PASAJEROS Y SU ÚLTIMO VIAJE EN 1998
El 31 de mayo del año de 1998 cancela Ferrocarriles Nacionales de México la ruta y servicio del tren de pasajeros Monterrey-Victoria-Tampico y viceversa, operando solo la transportación de carga, dejando para la historia gratos recuerdos.
La estación y su tren de pasajeros dejó de funcionar cuando el entonces presidente de México Ernesto Zedillo vendió Ferrocarriles Nacionales, la compañía pasó de manos del gobierno a una empresa privada quien determinó que el transporte de pasajeros no era rentable, entonces cerró la estación de Victoria y desde entonces permanece en el abandono.