Lejos de su tierra, los operarios y administradores de la industria petrolera en Tampico evadían la nostalgia edificando espacios a semejanza de los de sus países. En el cerro que limitaba la ciudad con las lagunas del Tamesí se construyó uno de estos sectores que está entre los primeros que los extranjeros hicieron a su estilo de vida, la colonia Altavista.
La compañía Altavista y Anexas Sociedad Civil trazó el cementerio, que hoy se conoce como “La Trinidad” y de ahí surgió la idea de lotificar toda esa sección, que era una de las zonas con las mejores condiciones ambientales y lejos de los centros de refinación que empezaban a construirse en el puerto.
Se aprovechó la naturaleza del lugar para crear la colonia
Es una de las colonias con gran historia y recuerdos para sus pobladores, señala el historiador Adrián Pérez Sobrevilla: “fue formada por extranjeros y en su mayoría norteamericanos. Una vez hecho el camposanto, el trazo se extendió hacia el norte con planes de aprovechar lo variado de sus árboles y agregando otros para formar una bella alameda”.
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Añade que “se optó por lotificar y hacer zona residencial y aprovechar el trazo de callejones que ya se habían planeado y construido, convirtiéndolos en accesos de servicio de electricidad, drenaje y agua suministrada por la ya existente planta Hidros propiedad de la empresa Ferrocarrilera también inglesa y su bombeo de agua desde las lagunas adyacentes.
Al hacerse las calles se utilizaron nombres de árboles que aún existen, debido a la asombrosa naturaleza que existía en este punto del municipio, comenzando con Olmo de sur a norte y continuando con Pino, Moral, Palma, Sauce, Cerezo y divididas por Naranjo, cerrando con Eucalipto en donde está la división con su vecina colonia Águila.
Las construcciones son reflejo de diversos lugares del mundo
Desde su inicio contó con los servicios existentes ya en la zona, como eran agua potable y electricidad, ya que fue habitada por los especialistas petroleros traídos del extranjero. También se realizaron áreas para la recreación como un teatro al aire libre, además de zonas que servían de mirador hacia la zona lagunar.
Añade que “las casas fueron construidas a semejanza de los lugares de donde provenían los residentes, la mayoría con amplios corredores y jardines, predominando viviendas de muchas habitaciones, quizá por la necesidad de cubrir albergue para otras personas que llegaban de diversos países y estados mexicanos a trabajar en la zona”.
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Fue en ese sector donde empezó la modernización de la ciudad con camellones y jardines que fueron adoptados por otros residentes y entre su legado está el edificio construido para el templo ya que al profesar los ingleses que vivían ahí el culto de la Iglesia anglicana se construyó un inmueble con las características de los existentes en Inglaterra, que hasta la fecha se encuentra en este punto de la ciudad.
Tuvo su propio club de recreo
“Vino a completar el desarrollo la construcción del Country Club, con su alberca, campo de golf y servicio de bar y restaurante. Este campo se extendía desde el Barranco que da a la Laguna del Chairel hasta la avenida Hidalgo y parte del hoy panteón o cementerio, a ese lugar se le dio el nombre posterior de Antiguo Country Club, que después también se convirtió en colonia habitaciónal.
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El Country Club tuvo el nombre de Colonial Club en el edificio Matienzo en el centro de Tampico, en las entonces calles Comercio y Aurora, luego se cambiaría al lugar de la colonia Flores y se fue transformando a lo que ahora es el Club Campestre de Tampico.
La colonia Altavista es un reflejo de cómo se fue transformando el paisaje huasteco en áreas y que replicaban zonas residenciales de las ciudades más importantes del mundo, lo que hizo que la arquitectura del puerto se transformara en una amalgama de estilos que perduran aún en nuestros días.