La gente se muere porque no tiene dinero para curarse: sobreviviente del cáncer

Las personas con padecimientos oncológicos tienen que pagar cirugías y medicamentos

Mariela Macay | El Sol de Tampico

  · martes 19 de octubre de 2021

El 4 de diciembre del 2020 tocó la campana anunciaba que estaba libre de la enfermedad | Cortesía: Martha Montalvo

A los 59 años Martha supo que tenía cáncer de seno en etapa dos, le dijeron que si no se operaba de inmediato moriría, decidió luchar; se armó de valor, fe y a cinco años de iniciado el proceso hoy es una mujer sana que se ama y agradece por su vida.

“Yo pensé que me iba a morir, le dije a mi hija 'no quiero que me martiricen', porque mi vecina murió muy joven y tenía mucho miedo”, dijo a EL SOL DE TAMPICO la residente de Ciudad Madero.

Karla Santiesteban, con tatuajes da un aspecto más real a las prótesis de mujeres que sobrevivieron al cáncer | Alejandro del Ángel

Después de haber vivido cinco años con cáncer, señaló que lo más grave es que los tratamientos y medicamentos que por cuatro años recibió de forma gratuita, hoy tienen que ser pagados por los pacientes y su familia.

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“No tuve que pagar nada por cuatro años, no me costó la operación, ni las quimios tomadas porque tomé cinco años quimios, cuatro años no me costó, el gobierno me lo dio todo. De un año para acá, cuando ganó Andrés Manuel López Obrador, todo nos costó a mi hija y a mí”, reveló

CUANDO EL SERVICIO DE SALUD SÍ FUNCIONÓ

Los primeros síntomas de Marta Montalvo Rivera, que ahora tiene 64 años, fueron unas fuertes punzadas en el seno. Sin embargo, el temor y la pena a ser revisada la mantuvieron en silencio hasta el día que notó una deformación en el pezón.

Asustada fue al Centro de Salud de Tampico, acompañada por dos de sus hijos; en todas las revisiones los especialistas les dijeron que se trataba de algo serio, por lo que el personal médico la inscribió en el entonces Seguro Popular, lo que le permitió no perder más tiempo.

Martha Montalvo logró superar el cáncer, pero durante el último año de tratamiento ella y su familia tuvieron que solventar los elevados gastos | Cortesía: Martha Montalvo

“Salí con cita con el oncólogo Benigno Piña, me dijo 'no te puedo engañar, tú tienes cáncer, si tú no te operas te mueres, si te doy chance pensarlo no te vas a aliviar'”, recordó.

En ese momento supo que tenía que enfrentar a todos los monstruos para seguir con vida. “Soy un ser humano como cualquier otro y voy a luchar por mis hijos y por mis nietos. Le dije a mi hija: 'vamos a luchar, me voy a poner en las manos de Dios y que sea lo que Dios quiera, si me muero que no sea por no luchar'”, narró.

TRATAMIENTOS DE 11 MIL PESOS MENSUALES

El último año de su tratamiento coincidió con el cambio de Gobierno de México y con ello, el medicamento que Marta tomaba dejó de ser gratuito, así que tenía que conseguir 11 mil pesos mensuales.

“Una caja de 28 pastillas de quimios tomadas me costaba cinco mil pesos, más una ampolleta que me ponían porque la quimio me deterioraba los huesos seis mil pesos más. Este hombre -el presidente- nos la partió. Ya entiendo por qué la gente se muere, porque no tiene para curarse”, aseguró.

La mujer recordó cuánto se esforzaron para continuar el proceso médico y no frenar su progreso, “empeñamos, rifamos, vendimos, hicimos bingo, lo que fuera para obtener mi dinero y mucha gente que sin conocerme ayudó a mi hija, todo eso lo agradezco. Ni Dios, ni mi hija me dejaron sola”, indicó.

HAY QUE AMARSE FRENTE A LA ADVERSIDAD

El 4 de diciembre del año pasado en un hospital de Ciudad Victoria, Martha Montalvo, casada, con tres hijos, cuatro nietos y dos bisnietos tocó la campana que significa que el cáncer se ha ido.

“El oncólogo me dijo 'señora Martha, ya no tiene cáncer, ya lo superó, se termina su cajita y ya no vuelve a tomar una quimio más’. Lloré, me emocioné, di gracias a Dios, a los doctores y a todos”, dijo.

Su mensaje para las personas es de prevención, de aceptación y quererse a sí mismos. “Hay que quererse, uno no se quiere, el trabajo te absorbe y no le das tiempo ni a tu cuerpo. Hay que revisarnos, acariciarnos a nosotras mismas y así nos damos cuenta de lo que le pasa a nuestro cuerpo. Hoy me acepto con mi prótesis, yo así soy feliz, gracias a Dios tengo vida, no le puedo pedir nada más”, concluyó esta valiosa mujer.