La colonia de ambulantes

Muy cerca de la playa de Miramar se localiza una colonia

Antonio Sosa

  · lunes 29 de enero de 2018

Muy cerca de la playa de Miramar se localiza una colonia que con el paso de los años ha sido habitada por vendedores ambulantes, quienes han llegado de distintas partes del país y han hecho de las ventas en la playa maderense su modo de vida.

Chiapanecos, veracruzanos, morelenses, potosinos, hidalguenses y de varias latitudes de México llegaron a este sur de Tamaulipas, donde encontraron la posibilidad de salir adelante.

Se establecieron primero en una invasión, que hoy es el fraccionamiento Miramar I, localizado a unos cuantos metros de la costa del Golfo de México, en la parte más al sur de Tamaulipas, justo donde se separa de Veracruz por el río Pánuco,

La representante de los comerciantes, Marisol Rojas Avendaño, aseguró que “esta colonia con más de 90% con personas que se dedican al comercio en la zona de playa, los cuales la mayoría son foráneos, ya con muchos años aquí”.

De los poco más de 700 comerciantes que integran el padrón de vendedores de playa de Miramar, por lo menos 450 se encuentran en este sector, quienes pese a venir de muchos lugares ya se consideran maderenses.

TERE LLEGÓ DE CHIAPAS


Huyendo de la pobreza de su natal Chiapas, doña Teresa Vázquez de León arribó hace 15 años a Ciudad Madero, donde comenzó a dedicarse a la venta de raspados, elotes y golosinas en la playa de Miramar.

Vivió los buenos años antes de la violencia y ahora está siendo testigo del repunte de las ventas en los últimos dos años, aunque considera que aún se encuentran muy lejos de aquellos periodos de gran pujanza turística.

Los nortes y frentes fríos los mantienen a la mayoría sumergidos en graves necesidades económicas, debiendo subemplearse como albañiles, cargadores y taxistas, y las mujeres limpiando casas y lavando ajeno.

El Carnaval y la Semana Santa son ahora la esperanza de repuntar, ya que desde septiembre que concluyó el período vacacional de turismo y comenzó la temporada baja, han enfrentado severas necesidades “las ventas caen, hay pocas personas, no hay trabajo”.

SALE CARO SER VENDEDOR


Permisos, reparaciones de sus carritos y compra de materia prima representan elevados gastos para los comerciantes, quienes en su mayoría tienen que endrogarse con préstamos o empeñar propiedades para poder prepararse para el próximo periodo vacacional.

“Para reparar cada carrito necesitamos entre 900 y mil pesos, lo que muchas veces no tenemos porque en los últimos meses no ha habido ventas”, dijo el señor Pedro Hernández, quien es originario de Tempoal, Veracruz, y se dedica a las ventas en Miramar desde hace 27 años.

Lejos están de poder comprarse un triciclo nuevo, que ronda en los cuatro mil pesos, más la colocación de toldos, maderas, quemadores -en caso de ser necesario- y rótulos puede elevarse hasta los ocho mil pesos.

“Tenemos que ir ahorrando y si no hay venta hay que pedir préstamos para completarnos”, dijo el hombre que aseguró que a eso hay que sumarle los 50 pesos de cobro de pláticas, 250 de exámenes de las autoridades de salud y mil 150 de permiso municipal.

Materia prima como el elote han subido sustancialmente, por lo que las familias de vendedores asentadas en esta zona cada vez ven más complicado poder elevar su calidad de vida.