Si les salió el “muñequito” (Niño Dios) en la Rosca de Reyes, seguramente ya hicieron cuentas y han destinado el pago de los tamales para el Día de la Candelaria, porque según la tradición se convirtieron en los “padrinos del Niño” y tienen que ofrendar tamales el 2 de febrero, día en que según la tradición se “levanta” al Niño Dios del pesebre para “vestirlo” y continuar con la ruta católica que pasa por los Carnavales que se festejarán en febrero, el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma y hasta terminar con la Semana Santa.
El 2 de febrero culminan las festividades de la Navidad que iniciaron desde el 16 de diciembre con las tradicionales posadas, continuaron el 24 del mismo mes con el nacimiento de Jesús, las fiestas de fin de año y se prolongaron hasta el 6 de enero, cuando los tres reyes magos de oriente visitaron al Niño Dios y le obsequiaron como regalos oro, incienso y mirra.
El dos de febrero fue cuando José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén para presentarlo, también se conoce como Día de la Candelaria y este evento se unió a la costumbre prehispánica en la que pedían a Tláloc, Chalchiuhtlicue y los Tlaloques, por las buenas cosechas y lluvias abundantes con ofrendas de maíz, tamales y atole.
Con los festejos del Día de la Candelaria, culmina el ciclo de Festividades de la Navidad. Ese día se levanta el nacimiento, se llevan candelas a bendecir y se hace la presentación del Niño Dios en el Templo.
Es por eso que el que encontró la figura del Niño el 6 de enero al partir su pedazo de rosca, será su padrino y debe invitar a los que participaron en la Rosca de Reyes, obsequiándoles atole y tamales, además de vestir al niño y llevarlo a bendecir al templo junto con los participantes de la rosca y regresar a casa para disfrutar del convivio, con lo cual se dan por concluidas las festividades de la Navidad y se levanta el “Nacimiento” guardando las imágenes para el siguiente año.
¿Por qué tamales y no otro platillo?
Comer tamales en esta fecha es un capricho gastronómico, similar a casi todas las fiestas mexicanas, La Candelaria es una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas. Así como se festeja la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén, los antepasados mexicanos conmemoraban el primer día del año azteca en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl.
Actualmente en oficinas, escuelas, clubes, centros de trabajo y familias, ya no se acostumbra así y sólo es un pretexto para seguir con los festejos que tanto gustan a los mexicanos.
LOS TAMALES
La mayoría de los mexicanos comen tamales durante el transcurso del año, pero el Día de la Candelaria representa una fecha especial para ello. Después de la misa y de bendición del Niño Dios, se retorna a casa para celebrar el acontecimiento con tamales y atole.
Para Nicolasa Pérez y Norma Antonio Pérez, propietarias de la fonda “Norma” en el Mercado Gastronómico Temporal de Tampico, elaborar tamales son parte de los productos que ofertan y aunque la celebración de la Candelaria es parte de sus creencias, el tamal como negocio es un excelente producto que en todo el año se consume. Durante esta celebración se acostumbra comer tamales, alimento que data de la época precolonial y que forma parte de la dieta de los mexicanos, mismos que pueden servirse calientes, y hay una gran cantidad de sabores: rajas con queso, verdes, mole con pollo o carne de puerco, picadillo, carne deshebrada y dulces.
Por su parte, los vendedores de hojas de plátano para tamal, que se encuentran en la calle Colón en la zona de los mercados, la celebración del Día de la Candelaria sólo representa entre un 5 y un 10 por ciento en el incremento de sus ventas, según dijo Leonel Mateos, comerciante.
La señora Macrina Martínez Velázquez, es toda una institución en Tampico encuanto a tamales se refiere, pues así lo avalan los 54 años que lleva vendiendo estas delicias en la esquina de las calles Antonio Matienzo y Altamira, en la zona centro de Tampico.