En este 2023, el kiosco de la Plaza de Armas de Tampico cumple 78 años de formar parte de la identidad del puerto jaibo. Por su extravagante estructura, sus ocho enormes contrafuertes ondulados y el color de su cantera le han llamado“el pulpo rosa”, pero hay muchas otras curiosidades alrededor de esta construcción.
UNA GRAN CEREMONIA PARA SU INAUGURACIÓN
El kiosco fue inaugurado 21 de noviembre de 1945, para lo que se realizó una deslumbrante ceremonia a la que asistió el entonces alcalde Juan Gómez Sariol y el gobernador Hugo Pedro González, así como autoridades locales, los cónsules que se encontraban en Tampico y la comunidad en general, de acuerdo a lo registrado por Marco Antonio Flores Torres.
El fallecido cronista afirmó que como parte del evento, se realizó un recital musical que fue transmitido por radio a cargo de la estación XEFW, el alcalde hizo mención al 35 aniversario de la Revolución Mexicana, además brindó algunas palabras respecto al fin de la Segunda Guerra Mundial y reconoció la participación del Escuadrón 201.
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UNA CONSTRUCCIÓN DE ESTILO ÚNICO
Sobre la muy peculiar estética y ornamentación del kiosco, el propio Flores Torres la describió como un “estilo ecléctico neocolonial californiano y barroco mexicano que intenta recuperar los valores estilísticos de la Colonia en un periodo de reinterpretación postrevolucionario”.
En la construcción del “pulpo rosa”, participaron el ingeniero Oliverio Sedeño, así como el arquitecto Roberto de la Garza Gutiérrez y el maestro de obras, Moisés Pérez quien, afirmó el cronista, radicaba en la capital y vino exclusivamente a hacerse cargo de la obra.
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En un primer momento, se tenía contemplado añadir elementos como adornos y estatuas con pedestales, pero no se pudieron concluir.
La arquitecta Alejandra González Viveros, docente de la UAT, ha señalado que aunque el estilo art decó ya no era tan recurrido en la época que se construyó el kiosco, esto le da una apariencia única, y lo vincula con otros recintos que cuentan con la misma estética tales como el Cine Tampico, el Cine Encanto y el Hospital Civil.
REFUGIO Y SITIO DE ENAMORADOS
Flores Torres registró que en 1955, durante los servicios de socorro a la población posteriores al huracán Hilda, el kiosco fue empleado como comedor y la plaza como campamento de la Cruz Roja Americana.
Por su parte, el historiador y también cronista Carlos González Salas en su libro “Tampico, crónica de una ciudad” relata cómo era una costumbre una actividad denominada “serenata”, en la que la juventud tampiqueña podía conocerse y hasta enamorarse.
Esta consistía en que “jóvenes de uno y otro sexo, expuestos a las traicioneras flechas de Cupido, dan vueltas a la Plaza mientras los acordes de la Banda Municipal desgranan melodías, atacan una marcha o se mecen al dulce balance o de un vals de Strauss o Felipe Villanueva”.
A día de hoy el “pulpo rosa” del la plaza de Armas de Tampico sigue concentrando actividades culturales e intelectuales.