José Antonio Gutiérrez de Lara, el sacerdote que fue diputado

Auxilió espiritualmente al emperador Agustín de Iturbide en Padilla poco antes de ser fusilado. "Al servicio de Dios y del Hombre"

Roberto González | El Sol de Tampico

  · viernes 3 de junio de 2022

El Congreso de Tamaulipas decretó la sentencia de muerte de quien había sido emperador de México

Hombre de Dios, pero también comprometido con la causa independiente, José Antonio Gutiérrez de Lara encaminó sus pasos al sacerdocio pero también en la construcción de una entidad federativa. Así, la historia lo recuerda como el primer diputado tamaulipeco del congreso constituyente de Tamaulipas.

Hermano de José Bernardo Gutiérrez de Lara -quien combatió al lado del ejército insurgente durante el movimiento independentista mexicano y posteriormente nombrado primer gobernador de nuestra entidad-, José Antonio nació el 13 de junio de 1770. Los hermanos Gutiérrez de Lara eran hijos de una familia acaudalada de Revilla, hoy Guerrero, Tamaulipas. Allí José Antonio tiene su primera formación escolar.

El presidente aseguró que el primer “tapado” de la historia fue el general Manuel González | Foto: Mediateca INAH

Más tarde es admitido en el Seminario de Monterrey, donde obtuvo el grado de bachiller en derecho canónico civil y orden sacerdotal, de acuerdo a lo registrado por Fidel Zorrilla y Carlos González Salas en su Diccionario Biográfico de Tamaulipas.

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LOS AÑOS REBELDES

Cuando se desata la revuelta independentista, Gutiérrez de Lara escribe a Ignacio Allende poco antes de la aprehensión de este junto con Miguel Hidalgo y otros rebeldes en Acatita de Baján, Coahuila.

En su misiva, le dice al caudillo que cuenta con “una carabina, una escopeta, una pistola, un gran fusil, cinco libras de pólvora”, entre otro armamento que pondría a disposición de la causa insurgente a la que se adhería, según relata Lorenzo de la Garza en su libro Dos hermanos héroes, de 1839.

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Los insurgentes aceptaron que Gutiérrez de Lara provocara una insurrección: “En las cinco villas del Bravo, cosa que le fue fácil, en atención a los deseos ya expresados en otras ocasiones por aquellos habitantes para sacudirse los abusos de los europeos”, afirma Gabriel Saldívar en su artículo El primer diputado tamaulipeco al Congreso General don José Antonio Gutiérrez de Lara, de 1942.

Sin embargo, añade Saldívar, estos levantamientos fueron reducidos por Joaquín Arredondo, comandante de las Provincias Internas de Oriente, lo que trajo consigo un acoso y confiscación de bienes a los Gutiérrez de Lara.

En Antiguo Padilla se levantó un monumento, actualmente muy deteriorado, en el punto donde fue fusilado Agustín de Iturbide | José Luis Tapia

FUE RECTOR DEL SEMINARIO DE MONTERREY

Transcurridos tres años, a José Antonio se le ofrece un indulto que solicitó por medio del cabildo eclesiástico de Monterrey. Más tarde, se desempeña como rector del Seminario de la ciudad y, poco después de consumada la independencia, lo sorprende su elección para representar la primera legislatura tamaulipeca.

Recién constituido el Estado Libre y Soberano de Tamaulipas, el 7 de junio de 1824, en la villa de Padilla se instala el Congreso Constituyente, explica Octavio Herrera Pérez. Las juntas de la provincia eligen a los primeros diputados, entre ellos a José Antonio Gutiérrez de Lara, quien es nombrado presidente de la Asamblea Legislativa.

Para Gabriel Saldívar, la razón de mayor peso para designar diputado a Gutiérrez de Lara fue el que se trataba de un personaje distinguido en la entonces provincia de Nuevo Santander, al desempeñar el cargo de rector del Seminario de Monterrey.

EL ENCUENTRO CON ITURBIDE

A las pocas semanas el flamante congreso tamaulipeco viviría su primer momento de tensión política. El 15 de julio de 1824 desembarcó de incógnito en Soto La Marina Agustín de Iturbide. El malogrado emperador regresaba a México tras una larga estancia en Europa, pero al llegar al territorio tamaulipeco es reconocido por el comandante Felipe de la Garza, quien lo hace prisionero.

Iturbide es entregado al congreso tamaulipeco, quien define su destino. No obstante Gutiérrez de Lara, simpatizante de Iturbide, se abstiene de votar. Gabriel Saldívar expresa que el tamaulipeco veía en Iturbide al autor de la Independencia, por lo que siempre le profesó una fuerte admiración.

Finalmente Iturbide es declarado como proscrito y se le sentencia a muerte. Gutiérrez de Lara administra los últimos sacramentos a Iturbide, y es fusilado en la plaza del hoy Antiguo Padilla.

Días después del fusilamiento, indica José Ugarte, Gutiérrez de Lara le escribe al padre José Ma. Saavedra, donde le relata el proceso y final de Iturbide: “Vi su cuerpo despedazado en un momento por el trueno de las balas que recibió de frente puesto de rodillas. Vi correr su sangre, regando la tierra que antes había liberado”, escribió.