Todos los años se habla sobre la escasez de jaiba, su sobrexplotación por la alta demanda, la falta de un mayor control de su pesca, el alza de precios e incluso de los efectos del cambio climático en Tampico y la región, por lo que surge la duda: ¿realmente nos la estamos acabando?
Hablar de esta especie es abordar la identidad del puerto. La palabra “jaibos” para algunos es sinónimo de “tampiqueños”; se han hecho esculturas en honor a este crustáceo donde el turismo y los propios lugareños se toman fotos, los mercados artesanales están llenos de recuerditos inspirados en ella y qué decir de la gastronomía donde la jaiba rellena encabeza una lista de numerosos platillos que saben a Tampico.
¿QUÉ PASARÍA CON LA GASTRONOMÍA SI YA NO HUBIERA JAIBAS?
“Las jaibas del golfo de México son un crustáceo que representa una fuente de alimento muy importante para las comunidades ribereñas, especialmente para el puerto”, explica el chef tampiqueño Carlos Arnulfo Martínez Raya.
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Jaiba a la Frank, caldo de jaiba, empanadas de jaiba y tostadas de jaiba son solo algunos de los platos que tienen su base en el crustáceo favorito de la zona, añade el también presidente de academia de la Facultad de Gastronomía del ICEST Campus Nuevo Laredo.
“Si las jaibas dejaran de existir, sería un golpe muy fuerte para la gastronomía, ya que platos tan representativos como los antes mencionados dejarían de producirse. Para el turismo gastronómico sería aún peor, puesto que al ser un platillo representativo hay quienes viajan a Tampico con mucho interés de probarlas”, esto sin mencionar la cadena que empezaría con afectaciones a la economía de cientos de familias de pescadores, comerciantes y restauranteros hasta el impacto ambiental.
¿SE ESTÁ EXTINGUIENDO LA JAIBA EN TAMPICO?
“Las jaibas rellenas fueron el platillo de origen que le dio fama a Tampico y a su arte culinario, además, este animal comenzó a convertirse en un símbolo en los años 50 y 60 a raíz del equipo de futbol”, pero “la jaiba actualmente ya casi no se da en los ríos o en las lagunas por el alto grado de contaminación que hay, es bien difícil y cuando hay no es muy recomendable su ingesta”, explica el ambientalista Miguel Ángel Verástegui Cavazos.
Menciona que mucho de este crustáceo ahora se trae de Soto La Marina y San Fernando, municipios que tienen granjas acuícolas, ya que “lamentablemente está dejando de ser algo endémico”.
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El director de la Asociación Mediadora para el Bienestar Inteligente y Ecológico (Ambientam)describe que la comercialización clandestina, la falta de supervisión de su explotación y el hecho de que muchas veces no se deja crecer a las jaibas para que alcance su edad de reproducción han mermado su presencia en Tampico.
Pero no todo está perdido y aunque a estas alturas el desplazamiento de otras especies también incide en el equilibrio de los ecosistemas locales, en Tampico pudiéramos evitar “la tragedia” de quedarnos sin ellas.
GRANJAS ACUÍCOLAS: LA SOLUCIÓN PARA SU SUPERVIVENCIA
La mancha urbana ha ido creciendo, hace 20 años el panorama era muy distinto y actualmente si juntamos la zona conurbada y el norte de Veracruz ya se supera el millón de habitantes, expresa Verástegui Cavazos, señalando que el riesgo de agotar la jaiba y la acamaya son una realidad por el alto consumo.
Por fortuna “aún estamos a tiempo, está el auge de las granjas acuícolas” y en Tampico podría comenzar a operar una en un lapso no mayor a tres meses, comenta el experto.
“Va a haber una muy grande detrás de la Casa de la Naturaleza, se va a hacer una gran producción de especies como la acamaya o camarón de río (…), la tilapia que no está en peligro y el catán que también podría entrar a la lista”, dice, enfatizando que el proyecto será con ayuda de escuelas del sur de Tamaulipas.
“Va a ser un gran parque acuícola(…) camarón, jaiba y ostión pudiera ser lo que se va a hacer ahí(…) Ya no hay jaiba en ríos y lagunas y esta es la única solución, no sé si es bueno o malo, pero es lo que nos queda para su preservación”, finaliza en entrevista para EL SOL DE TAMPICO.
Sin duda este crustáceo es una especie representativa del puerto y su escasez no solo depende de quienes la explotan, sino de quienes la compran, quienes contaminan los vasos lacustres e incluso de quienes fomentan la llegada de ‘especies invasoras’. Es así como la jaiba en Tampico ha pasado de la abundancia a la escasez… ¿crees que podría pasar algo similar con los cocodrilos?
