Isleta Pérez se niega a morir

Entre las ruinas y el abandono empresas con presencia internacional siguen operando

Mirna Hernández

  · viernes 2 de agosto de 2019

Con su mala reputación de suciedad y abandono gracias a la abulia oficial por decenios, en el primer parque fabril de Tampico todavía sobreviven industrias dedicadas a la manufactura con fibra de vidrio, gasolineras, procesadores de café, talleres, gasolinera e incluso fabricantes de viviendas para plataformas petroleras, entre otros, sostén económico directo de más de 600 familias.

Abrazada por el río Pánuco y el Canal de La Cortadura, es punto estratégico por sus cinco minutos de distancia con el Centro Histórico de Tampico, la inmediatez con la avenida Monterrey y las vías de ferrocarril.

LA BONANZA SIGUE PRESENTE EN ALGUNAS EMPRESAS

La vieja zona de La Isleta exhibe visos del nacimiento industrial de Tampico y conserva compañías en bonanza como Plásticos Industriales de Tampico.

Para el empresario Francisco Sainz Inguanzo, director de PITSA, la Isleta Pérez ofrece a la ciudad muchas oportunidades de desarrollo y da cabida a la combinación de proyectos turísticos e industriales por su singular enclave geográfico.

Lo que hace falta —considera— es compromiso y recursos públicos para el aprovechamiento de sus márgenes, rescate de calles y dotación de servicios, además de promoción de incentivos para que los dueños de los predios se atrevan a invertir.

PITSA permanece en el mismo lugar desde 1965, por la disponibilidad del frente de agua para operar muelles de carga de piezas de grandes dimensiones, la cercanía al Puerto de Tampico y la mano de obra calificada avecindada en el norte de Veracruz, ventajas que pueden ser aprovechadas por otras industrias, comercio y servicios, que pudieran instalarse en el lugar, como ocurre en otras ciudades del mundo.

Otros beneficios son los suelos reforzados, heredados de las compañías extranjeras durante el boom petrolero del siglo pasado, la zona podría ser utilizada para la operación de servicios especializados en el abastecimiento de plataformas o embarcaciones petroleras, que gradualmente están llegando a costas tamaulipecas.

Su firma, de capital cien por ciento tampiqueño, es pionera en el desarrollo de la industria del plástico reforzado e introdujo en México la primera tecnología anticorrosiva para la construcción de tanques, tuberías y ductos, así como ventiladores, campanas y rejillas que actualmente exporta a Estados Unidos, Europa y Centro y Sudamérica, lo que demuestra la rentabilidad de la Isleta Pérez.

Con una producción anual de 700 toneladas de equipo de plástico reforzado especial para los sectores químicos, petroquímicos y petrolero, emplea a más de 250 obreros calificados y desde hace 20 años gana presencia en el mundo por sus productos industriales contra la corrosión.

RESCATE ESTANCADO

Los planes de rescate de este espacio tienen muchos años, siendo varias las administraciones estatales y municipales que lo han planteado, sin que desafortunadamente hayan concretado, a pesar de su potencial económico y que desencadenaría el florecimiento del segundo cuadro porteño.

Con la instalación de instituciones bancarias, tiendas de autoservicio, restaurantes y otros servicios se propiciaría el repoblamiento de ese perímetro del centro.

Sainz Inguanzo aplaudió las acciones de limpieza que desarrolla el Gobierno de la ciudad a fin de extraer los desperdicios acumulados por montañas en los edificios en abandono, pero manifiesta que no sería muy costoso repavimentar calles y dar mantenimiento a la red de drenaje a fin de estimular a los dueños de terrenos desocupados a hacer negocios y lograr el renacimiento económico de esa demarcación.

Por años, personal de su empresa se encargaba de tareas de retiro de basura en los accesos principales, pues era vergonzoso recibir empresarios de Estados Unidos o Alemania con los cúmulos de desechos urbanos por todos lados.

Descarta que la zona sea altamente inundable y si bien la historia hace ver que el ciclón “Hilda” en el año 1955 devastó el área, hasta la fecha no han ocurrido anegaciones que pongan en riesgo los establecimientos o escasas viviendas ahí asentadas.

POTENCIAL TURÍSTICO E INDUSTRIAL DESPERDICIADO

Para quienes siguen operando en esa zona es necesario destinar gasto público para pavimentación en los accesos principales, levantar un parque ecológico, instalar asadores, accesos para lanchas y aprobar la instalación de restaurantes en la margen del Canal de La Cortadura para hacer atractiva la zona para las familias locales y visitantes.

Así lo consideró Rogelio Galván Ramírez de la empresa Equipos para Pesca de Tamaulipas dedicada a la fabricación de lanchas de fibra de vidrio para uso pesquero y turístico, muelles flotantes, letras de identificación de gran tamaño.

“Es cierto que el Gobierno de Tampico ha avanzado en servicios públicos, pero hace falta corregir la iluminación de calles y extremar la vigilancia para que los carretoneros no depositen cachivaches en predios o arterias abandonados”, pide.

El presidente de Canacintra, Emilio García Walle, coincide en la premura de aprovechar ya la zona, en abandono desde hace más de 50 años y es importante que los actuales gobiernos estatal y municipal apuesten al florecimiento de la primera zona industrial de Tampico.

UN POCO DE LA ÉPOCA DE ORO

El exlíder empresarial Nicanor Fernández Cabrera recuerda la época de oro de esa parte de Tampico y hace ver que ahí nació la primera planta de la Embotelladora Coca Cola, pero también vio morir otras fábricas pioneras como Jabonera de Tampico de la familia Ruiz Garza, donde se producía el muy famoso jabón “Cocol” en los años 70.

Establecimientos fabriles como la empacadora de conservas de piña y frutas típicas de la región “La Marina”, así como otras dedicadas a la producción de clavos “Aldape” también dieron renombre a la Isleta Pérez.

Su época dorada transcurrió en la década de los 40, pero el crecimiento industrial hacia el norte y la disponibilidad de predios en Altamira, que se sumaron a las devastaciones ocurridas por los huracanes “Hilda” e “Inés”, dieron la estocada a esa añosa zona fabril, agrega Fernández Cabrera.

Plinio Flores Márquez, oriundo del lugar, recuerda su niñez junto a la productora de refrescos “Orange Crush” y “Titán”, la compañía “Liquid Carbonic”, “Maderera Isleta”, “Astilleros y Varaderos Appedole”, la fábrica de pinturas “Solex”, ademas de las primeras instalaciones de la compañía “PPQ”, que después se transformó en DuPont, misma que ya se ubica en el parque industrial Altamira.

Pese al abandono y la apatía oficial la Isleta Pérez se niega a morir, dando muestras de gran potencial para sacarla del letargo en que se ha mantenido y poder despertar un gigante con potencial económico y turístico que hoy duerme entre abandono, basura y desinterés oficial.

La casi extinta zona industrial Isleta Pérez no solo acumula viejas fábricas, almacenes en ruinas o viejas casonas transformadas en tiraderos de cacharros; en su perímetro de 38 hectáreas se han resistido a morir una decena de empresas, una de ellas líder en el mercado mundial de tanques de plástico reforzado y con presencia en Estados Unidos, Europa, Centro y Sudamérica.