La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción estimó que, si el Gobierno federal impulsa la inversión pública y privada en infraestructura productiva, factores como el abaratamiento del dinero, la disciplina monetaria y el incremento de la recaudación fiscal jugarán un papel importante para que, en el año próximo, el PIB retome un crecimiento entre el 2 y 3 %.
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Su presidente Roberto Salinas Ferrer mencionó que no todo es negativo en esta etapa recesiva, con cifras nunca antes vistas, sin embargo, la llegada del nuevo periodo del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá ofrece amplias oportunidades al país, para atraer inversiones y dar ventajas para el aprovechamiento del incremento de los aranceles americanos a China.
Con el T-MEC, que entrará en vigor el próximo 1º. de junio del 2020, estimó hay la prospectiva que incrementará la inversión nacional de las empresas constructoras para la ejecución de una serie de obras de alcance binacional, nacional, regional y estatal, lo que corto y mediano atenuará los efectos de la pandemia por Covid-19.
Subrayó no coincide con la oleada de opiniones pesimistas de muchos economistas, pues si bien, la contracción en la economía mexicana este 2020 será mayor a la esperada, entre el 8.4 y 10 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB), hay condiciones favorables para una recuperación cercana con menor endeudamiento e incremento en la recaudación tributario.
“Tenemos un Gobierno austero, lo que ha ayudado a las finanzas públicas y esta administración federal, además, reporta números positivos, pues subió en 10 millones la cifra de contribuyentes en el SAT, lo que aumentará en los ingresos para la entidad y con ello, una mayor factibilidad para que se desarrollen proyectos de equipamiento e infraestructura”.
En una charla con José Alberto González Karam presidente de la Comisión Binacional del Colegio de Economistas, los constructores mencionaron que recibieron una opinión más extensa de la economía y la probabilidad de que la reactivación de la economía ocurra en menor plazo.
“Vimos, por ejemplo, que de alguna forma hay un impacto favorable en la reactivación económica y social de los estados y municipios, la inyección de recursos federales, como la transferencia de la Tesorería de la Federación de 402,927.9 millones de pesos de participaciones al cierre de mayo pasado”.
A esto hay que agregar esquemas de créditos para cuatro millones de trabajadores, además de micros, pequeñas y medianas empresas formales e informales, acciones que se llevaron a cabo mediante una cuantiosa derrama de recursos federales y financieros por 2 billones 815 mil 256 millones de pesos, equivalente al 11.26 por ciento de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el ejercicio fiscal del 2020, lo que también tendrá efectos positivos en la recuperación del país, externo.