La sensaciones térmicas que han sentido en la zona de hasta 45 grados impactan en la salud de la población, sobre todo en personas mayores de 55 años y menores de seis años, el Sistema Nacional de Rescate y Emergencias Médicas, reporta que en lo que va del mes de mayo ha atendido a 15 personas con afectaciones por altas temperaturas.
Un factor importante para que se tengan las descompensaciones es que el calor, por norma, baja la presión arterial. Los vasos sanguíneos se ensanchan y la circulación es menos fuerte y si además se ha comido poco o se ha hecho ejercicio con mucha intensidad, los episodios de mareos o incluso náuseas se pueden presentar.
Insolación y golpe de calor no es lo mismo, aunque ambas afectan de forma grave a la salud
Margarito Rodríguez, coordinador de la unidad del Sinarem en la zona, mencionó que es necesario que las personas tomen en cuenta estos factores de calor y presión barométrica baja.
Expresó que la insolación y el golpe de calor son dos cosas distintas, aunque ambas llevan a una misma condición, "la primera es cuando una persona está haciendo un trabajo, ejercicio o una actividad intensa directamente bajo los rayos del sol, es por eso que en este caso los síntomas principales son mucho sudor y agotamiento".
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"Mientras lo que es el golpe de calor, la persona puede estar en la sombra pero su temperatura corporal se puede ir elevando por el calor que se está irradiando en el lugar donde está, ahí no existe tanta sudoración pero el color de la piel se empieza a poner rojo y a calentarse de forma súbita", explicó.
En la zona de ciudad Valles ya han muerto 26 personas en los últimos cinco días por la onda de calor
Añadió que tanto en el golpe de calor como en la insolación, la temperatura del cuerpo sube sin medida, ya que se pierde el mecanismo para regularla, por lo que aunque ambas son distintas, el riesgo que se corre al exponerse en las horas de mayor intensidad del sol es de un impacto grave a la salud.
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Tan solo en la Huasteca potosina en los últimos cinco días han perdido la vida 26 personas derivado de las altas temperaturas que se han estado registrando en esta región de hasta 50 grados, las cuales murieron en sus casas, en la calle o cuando trabajaban en la intemperie. Perecieron por golpes de calor, hipertemia o infartos asociados a las altas temperaturas.
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La mayor parte de estas víctimas de la segunda ola de calor son personas mayores de 60 años que vivían en condiciones precarias, en hacinamiento y con afectaciones de salud. Además de que no tenían forma de refrescarse pues no cuentan con ventiladores o una buena ventilación en sus casas.
