Los bosques y cerros de Tamaulipas se encuentran bajo una severa amenaza ante el elevado riesgo que representan los incendios forestales, lo que se prevé tengan una alta actividad durante la presente temporada correspondiente al año 2021.
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Las heladas registradas a inicio de año en la zona centro y frontera, así como la sequía que asola a toda la entidad son factores determinantes para que actualmente el territorio tamaulipeco sea de fácil ignición.
Desde este mes de marzo y hasta el 30 de agosto se contempla la temporada alta de incendios forestales, siendo los aproximadamente 150 días del año donde los reportes de conflagraciones aumentan de manera considerable.
El coordinador de Protección Civil de Tamaulipas, Pedro Granados Ramírez indicó que “las condiciones que actualmente tenemos son considerablemente de riesgo, dada la gran cantidad de material seco que se encuentra acumulado en el suelo de bosques y cerros”.
Hasta el momento se encuentra uno activo en el municipio de Bustamante y en Llera, de pastizal en Aldama y Ocampo, además de aportar esfuerzos a apoyar en las situaciones de incendios forestales en las entidades vecinas de Nuevo León y Coahuila.
El 2019 fue un año de gran actividad de incendios con un total de 33 y al menos 6 mil 800 hectáreas arrasadas; mientras que el 2020 la cifra de eventos se redujo a 13 y una afectación de 650 hectáreas de bosques, pero este 2021 se prevé complicado “por las heladas que se tuvo que secaron la vegetación y son proclives a incendios”.
FEDERACIÓN PEGA A BRIGADISTAS
Desde el inicio de la actual administración federal los recursos que se aplican ataque de incendios se redujo de manera considerable, lo que sin duda a generado estragos en la estrategia de ataque a esta situaciones de riesgo.
En las jornadas de ataque a incendios se suma personal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), la Secretaría de Desarrollo Sural (Seder) y de Protección Civil estatal.
“El presupuesto de la Conafor se vio reducido a la mitad en el 2019, mermando su capacidad de operación, antes se tenían cuatro brigadas de contraincendios ahora solamente dos” lamentó el funcionario estatal.
De igual manera el número de brigadistas se redujo, pasando de 10 o 12 personas a solamente 5 y en el mejor de los casos 6 por grupo, a lo que se suma el esfuerzo estatal y de los propios pobladores de las zonas que se ven afectadas.
“El Estado mantiene su presupuesto además de usar los unidades terrestres y aéreas para el combate de los incendios” dijo el entrevistado, quien consideró que nunca se sabe con certeza cuántos y cuándo se registrarán estos incendios.
Fue justamente un incendio de pastizal en Padilla el que generó el megaapagón del lunes 28 de diciembre del año pasado, mismo que después desencadenó gran controversia ante la presentación de documentos apócrifos del Gobierno del Estado por parte de la Comisión Federal de Electricidad.
Diferenció los incendios forestales de los agropecuarios o pastizales estos muchas veces son provocados o generados por quemas que se salen de control “de estos son miles los que se registran todos los años, surgen y apagan con intervención de vecinos y ejidatarios”.
