El suicidio es el acto en el que una persona decide poner fin a su vida de forma intencional, siendo esto por diversas causas, ya sea por desesperación, algún padecimiento o enfermedad física grave, trastornos mentales como la depresión, bipolaridad o esquizofrenia; así como factores de consumo de alcohol o drogas.
Otros factores externos que pueden orillar al suicidio son los problemas económicos o personales, ya que los individuos tienden a quitarse la vida por estar cansados de lidiar con una situación que les fue imposible controlar y según los estudios, los hombres son más propensos a suicidarse que las mujeres, ya que estas por lo general quedan en el intento.
En estos momentos de pandemia, los trastornos de ansiedad y la depresión favorecen a que una persona tenga pensamientos suicidas, ya que esto es un fenómeno muy complejo hay muchos factores que van involucrados y también puede darse en las parejas debido a una disfunción familiar, violencia física o problemas económicos.
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SEÑALES DE TENDENCIAS SUICIDAS
El psicólogo clínico Alejandro Ramírez Padilla, explicó que hay señales de tendencias suicidas en las personas y que es muy importante fijarse en ellas, siendo estas hablar o escribir sobre el suicidio, definir frases como “me voy a matar”, “ojalá me muera” o “estoy tan cansada/o de la vida”.
De igual forma, el comprar armas o cuchillos, así como acumular pastillas, alejarse de todo contacto social, cambios severos del estado de ánimo, pensar constantemente en la muerte, en morir o en la violencia, depresión o un sentido de desesperación, aumento del uso del alcohol o de las drogas.
También hay que tomar en cuenta cambiar la rutina normal, incluido el hábito de comer y dormir, hacer cosas arriesgadas o autodestructivas, como consumir drogas o conducir sin cuidado, regalar pertenencias o poner en orden cuestiones personales, despedirse de los demás como si fuera la última vez, cambios de personalidad, entre otros.
Las personas que buscan terminar con su vida pueden llegar a hacerlo ahorcándose, disparando un arma de fuego, consumir pastillas y, en el caso muy específico en la zona sur del estado de Tamaulipas, acuden al puente Tampico, donde se han registrado casos en que se arrojan desde la estructura.
Pero se han preguntado ¿por qué lo hacen?, la altura del puente y aventarse hacia el agua es una idea que tienen de liberarse de todos los problemas que llevan acumulados.
HOMICIDIOS Y SUICIDIOS
Durante las últimas fechas se han dado casos de homicidios y después suicidios en parejas en Ciudad Madero, y para entender es necesario observar desde el punto de vista criminológico y psicológico al mismo tiempo.
El Homicidio-Suicidio (H-S) se puede estudiar en el contexto de la violencia de pareja, aproximadamente un tercio de los homicidios de pareja son homicidios seguidos de suicidio, y este término de homicidio-suicidio se hace en un sentido general y no en un sentido técnico judicial, donde existen diferencias entre homicidio y asesinato, según la intencionalidad y de otros factores.
“El término es puramente descriptivo: hablamos de actos en los que una persona mata a otra (u otras) y luego se suicida dentro de la misma secuencia, dentro de una misma continuidad de actuación”, dice el experto.
AMORES QUE MATAN
“Se puede hablar de varios móviles que llevan a una persona a cometer estos actos, pero en la mayoría de los casos anteceden a relaciones tipo amor-odio en las que el autor (a) ha guardado una serie de resentimientos, los cuales le llevan a terminar con la vida de su víctima, seguido de esto y en un estado más lúcido se da cuenta de las consecuencias de ese hecho y por consiguiente termina por desencadenar en el homicida sentimientos de culpa, los cuales rebasan la posibilidad de continuar viviendo con ese cargo de conciencia, que incluso lo lleva a una visión del futuro que le espera al pagar el crimen que cometió y lo condena a vivir en confinamiento por un largo tiempo privado de su libertad y, sobre todo, la frustración de no volver a ver a la persona que 'amaba y que terminó por quitarle la vida', lo orillan a extinguir su propia vida” manifestó Ramírez Padilla. Los perfiles demográficos de los perpetradores de H-S son más parecidos a los de suicidas que a los de homicidas, la implicación del alcohol en los H-S es mucho menor que en solo homicidios y muy similar a la implicación del alcohol en el suicidio.
La frecuencia de enfermedad depresiva y suicidalidad es mucho más alta en los H-S y suicidios que en los homicidios. La depresión, la ideación suicida previa y los intentos de suicidio previos son mucho más frecuentes en H-S que en homicidas. Factores como el uso de alcohol u otras drogas precipitan la realización del H-S.
En definitiva en estos tiempos que estamos viviendo tan agobiados por los desafíos que enfrentamos día a día, es de vital importancia cultivar nuestros valores humanos, pero sobre todo el respeto a la vida, su apreciación como un tesoro invaluable.
Es muy importante estar al pendiente de esas señales de tendencias suicidas, pues son focos rojos que nos alertan sobre estas ideaciones y/o tendencias suicidas.
Hay que observar el comportamiento y actitudes de nuestros seres queridos para concienciarnos en la prevención del suicidio, fortaleciendo las redes de apoyo y sobre todo acudir con el profesional de la salud mental para salvaguardar la vida de quien está atravesando por una crisis de este tipo y evitar lamentarlo demasiado tarde.