Jubilada de Petróleos Mexicanos (Pemex), donde pasó más de tres décadas de su vida, Hortensia Ruvalcaba Infante se ha dedicado en cuerpo y alma los últimos años al cuidado de los animales silvestres o callejeros, pero con especial dedicación a los mapaches de Playa Miramar, lo que la convierte en una aguerrida mujer animalista.
Se desempeñó en el departamento de tubería de la Terminal de Operaciones Marítimas y Portuarias Madero de donde se retiró en el año 2013, comenzando con ello sus labores de protección animalista, ya que recuerda que desde muy chica tenía gusto por el cuidado de los animalitos.
“Comencé de lleno en el activismo en marzo del 2013, cuando se dio una primera matanza de mapaches en las escolleras, entrando en su defensa un grupo de ciudadanos entre los que me encontraba yo”, dice la mujer en amable entrevista concedida en su casa de la colonia Benito Juárez de Ciudad Madero.
De esa lucha contra la intensión de reubicación en el 2014 surge y se constituye el Patronato de Preservación y Protección Mapache Miramar, desde donde se arman denuncias, controversias e incluso se logra llevar un punto de acuerdo a Cámara de Diputados para exhortar a las instituciones federales a velar por el cuidado de esta especie.
“Vimos que estaban haciendo cosas irregulares, con capturas crueles y sanguinarias, aparecían muertos en carreteras y eran ellos, el municipio; la Profepa -Procuraduría Federal de Protección al Ambiente- no estaba haciendo su trabajo y ahora con todo lo que se ha hecho hemos logrado coordinación”, dijo.
Su lucha no se limitó sólo en tribunales o en la cancha legal, ya que Hortensia estableció una estrategia de cuidado a los pocos mapaches que quedaron vivos en el rompeolas, comenzando a alimentarlos diariamente con tortillas, croquetas y galletas, así como colocando beberedos con agua dulce.