Escondido entre los grandes pinos de Playa Miramar se encuentra un lugar de fe y sanación para los creyentes, el Hospital Invisible, que este 2024 cumple 107 años desde su fundación. Aun con su historia, es poco conocido por algunas personas.
Inaugurado hace más de un siglo, el 30 de junio de 1917, fue encabezado por el matrimonio de la señora Cecilia Camarena García y su esposo, don Aurelio Gómez Aguirre, en la antigua Villa Cecilia, que hoy es Ciudad Madero, en la colonia Miramar, a unos metros de la playa.
Un proyecto que nace de un sueño
En entrevista para El Sol de Tampico, el actual representante del Hospital Invisible, Miguel Ángel Aviña Bravo, comentó que este recinto provino de una señal por medio de sueños que tuvo su fundadora, Cecilia Camarena.
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"Tuvieron unos sueños donde les decía que se vinieran a Playa Miramar a recibir señales para fundar el hospital invisible. La maestra Cecilia, junto con un grupo de 15 personas, vieron luces salir del mar y se posaban aquí arriba; duraban tres o cuatro horas y se iban", comentó el entrevistado.
A partir de estos acontecimientos, fue erigida esta iglesia y al mismo tiempo el Libro de Comunicaciones, una guía que estipula el protocolo de ingreso para quienes lleguen a pedir refugio a este hospital, donde además se ofrece medicina alternativa.
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El auge del petróleo llevó al Hospital Invisible a todo el mundo
La popularidad del petróleo en la zona durante esa época trajo a muchos inmigrantes de diversas partes del mundo, ingleses, irlandeses, etc. Algunos de ellos acudieron a esta iglesia en sus inicios y, cuando regresaron a sus países, llevaron la fe de este hospital, propagando la leyenda de este sitio de sanación divino.
"Actualmente nos siguen llegando cartas de todo el mundo, pidiendo salud económica y espiritual", agregó el entrevistado.
Como su nombre lo indica, este es considerado por sus creyentes un hospital, por lo que al llegar a las personas se les da una carta de ingreso, donde se les toma un registro, seguido de instrucciones sobre el cuidado de su salud, ser precavidos con su alimentación y alejarse de vicios.
"Si es la primera vez, se les dan las instrucciones de la carta de ingreso, donde se les instruye a cambiar de hábitos: no te enojes, sé paciente, y así, en su hogar, es cuando llegan los médicos divinos a sanar", puntualizó.
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No sustituyen tratamientos ni religión, es complementario
El representante ha mencionado de manera enfática que no piden que se deje de ver a un médico; por el contrario, se incentiva a que se continúe con un tratamiento por un especialista y tampoco están en contra de seguir otro dogma.
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Ante esto, el entrevistado detalló: "Dicen 'No, que estoy en quimioterapia', y nosotros decimos 'Síguele, tómate también esta hierbita y tu médico divino va a hacer equipo con tu doctor'. Así es como funcionan los médicos divinos".
Tras 107 años, sigue siendo un lugar de refugio para aquellos a quienes la vida les ha presentado diversos obstáculos. Sin costo, la fe es la que mantiene vivo este centenario sitio, que sigue recibiendo a gente de diversas partes del mundo por recomendación, donde sigue la leyenda del Hospital Invisible.