Sin días de descanso ni horarios fijos y con el miedo constante al contagio del virus SARS CoV-2 trabaja el personal de Sanidad y verificación que forman parte de las personas que constatan que las normas de sanidad en comercios y expendios se cumplan para reducir riesgos de contagio.
Al igual que decenas de personas, Francisco Tovar Hernández, quien es verificador de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), sale todos los días a desarrollar su labor comprometido con la sociedad tamaulipeca.
Su labor en esta crisis sanitaria se vuelve esencial para el cumplimiento de la sana distancia, por lo que en exhaustivas jornadas recorre los establecimientos que por su definición de no esencial deben de estar cerrados para mitigar los contagios de Covid-19 que superan los 900 casos en la entidad.
“Creo que nos está dejando una gran lección de vida, agradecemos a quienes han colaborado, la mayoría lo han hecho, han sido conscientes sin aplicar medidas extremas, cerrando sus negocios al recibir nuestros exhortos, nosotros lo que buscamos es que la población no se ponga en riesgo ante esta enfermedad”, dijo en entrevista con El Sol de Tampico.
Nuestro Héroe Real de hoy asegura que la carga de trabajo ha sido considerable, fuera de horario, “estamos a la disposición de lo que suceda en cuanto se presente, trabajando corrido hasta en fines de semana, pero lo hacemos con gusto porque estamos trabajando para la población, cumpliendo nuestro compromiso con la Secretaría de Salud y Coepris”.
Reconoce tener miedo al virus llegado desde Asia, “sí lo tenemos, pero nos protegemos, porque sabemos que al final del día nuestra labor sirve para reducir el riesgo que tienen las personas ante la enfermedad”, dijo el verificador.
Francisco Tovar compartió que durante sus jornadas siempre utiliza cubrebocas y guantes, guardando la sana distancia con los usuarios de establecimientos a quienes visita como parte de su labor, para reducir de esta manera el riesgo de contraer el virus, además, al llegar a casa procurando la salud de su esposa y madre, se quita la ropa y calzado antes de ingresar, se baña de manera inmediata y no toca ni el pasamanos de la escalera.
“En mi casa tengo un tapete en la entrada con solución de cloro y agua para desinfectar los zapatos, que dejo afuera, me rocío con una solución desinfectante, uno sale con el riesgo de contagiarse cuando trabaja, porque no sabemos si estamos entrando a un lugar sin sanitizar o si la persona ha guardado las medidas de higiene, pero practicamos las medidas de cuidado, desinfecto hasta mi carro”, dijo.
Si bien ha sido dura la pandemia por el distanciamiento social que esta ha implicado, también ha permitido “que se valore el núcleo familiar, porque la tecnología ha robado esa convivencia y unión que se tenía hace más de veinte años, esta crisis, esta vivencia hará que la vida se vea diferente cuando todo termine.
“Lo que esperamos es que la labor que hoy se realiza y lo que se atraviesa sirva para crear conciencia y hábitos de mantener las buenas prácticas de higiene, de cuidarnos más y estar más unidos”, puntualizó, continuando su esencial jornada de verificación.