Arroz con papas, frijoles y huevos cocidos es el menú de Lucía y Margarito, una pareja de la tercera edad que vive en el puerto de Tampico y que ahora enfrenta una crisis económica que los tiene encerrados y con el temor de que otra vez la comida se acabe.
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Este matrimonio conformado por Lucía García Rodríguez de 68 años de edad y Margarito Bautista Hernández de 76, dice no recordar haber vivido una situación en que con 2 mil 250 pesos, pensión bimestral otorgada por el gobierno federal, tuvieran que comprar comida, pagar servicios y medicinas.
“Le digo a Dios: 'no te pido millones señor, dame salud y trabajo, ya con eso yo me despacho yo solita; con que haya trabajo porque estamos de a tiro amolados' ”, relató serena Lucía.
Se vive al día, “con mil y pico tenemos que vivir un mes, hacer milagros, por ejemplo, a la sopa hay que echarle una papita para que rinda, frijoles con más agua para que alcance”, agregó la mujer que al entrar a la cocina prácticamente tiene que hacer ‘milagros´”.
Pese a la situación Lucía sonríe y hace algunas bromas, explicó que desde que comenzaron las restricciones por la contingencia sanitaria para frenar los contagios del Covid-19 no ha vuelto a trabajar en la limpieza del camarón, mientras que a su marido los problemas generados por la diabetes que padece terminaron por alejarlo de los andamios y las paredes, ya que laboraba como albañil.
“Ya me da miedo ir a la tienda; fui a comprar dos kilos de tomate, kilo y medio de papa y unos ajos, fueron 80 pesos en esas tres cositas. No alcanza, un kilogramo de carne cuesta como 150 pesos y pollo pues habría que comprar del más barato, del congelado, del que ni deja sabor”, dijo la ama de casa que reconoció tener miedo al salir a la calle pues sabe que el Covid-19 ha cobrado varias víctimas.
Sentada en una mecedora y desde su impecable pero sencilla cocina donde lo único que contrasta es una pantalla plana, platicó que tiene cuatro hijos, tres hombres y una mujer, a quienes no quiere molestar con sus problemas.
En estos meses de contingencia han existido ocasiones en que se han quedado sin gas, así que cocinan con fuego en el patio de su casa, ubicada en la colonia Morelos un popular sector de Tampico.
“Ahí sí, lo único que pido es que no llueva. Ya no sé qué hacer, ni a la calle puedo salir, aquí estamos esperando a ver cuándo, nunca la habíamos pasado tan mal, yo antes estaba joven y trabajaba, ahora por la edad por más que no quiera uno, uno se cansa”, reiteró la mujer que casi llega a las siete décadas.
“Se nos acabó el ahorro, uno se enferma, los nervios se ponen mal, nos pegó una gripa bien fuerte que nos duró un mes”, recordó.
¿Qué se les antojaría comer?, se le preguntó a la mujer pero Margarito hizo a un lado su plato con comida para romper su silencio.