La crisis que la pandemia originó en las zonas más vulnerables de la ciudad provocó un crecimiento en los trabajos temporales, como la de despicadoras de camarón que durante esta contingencia creció entre un 15 a 20 % la cantidad de personas que realizan la labor en la colonia Morelos.

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Así lo manifestó Aureliana Núñez, dirigente de la Unión de Despicadoras y Despicadores de camarón en la zona sur de Tamulipas, quien indicó que incluos madres adolescentes se han unido a los grupos de trabajadoras para el sector camaronero, ya que no cuentan con los apoyos suficientes.

Expresó que unas 200 de las 2, 300 despicadoras que trabajan para las empresas de captura de camarón en la Morelos son menores de edad con hijos, mientras que se han unido unas 200 más a esta actividad por la crisis que se generó con el Covid-19.

Indica que es importante que los empresarios paguen un precio justo por el trabajo que realizan, ya que les ofrecen solo 6 y 4 pesos por el kilo de camarón despicado, cuando “lo ideal es que paguen 10 pesos por el grande y unos 15 pesos por despicar el chicho”.

Indicó que la alta demanda que se tiene en esta temporada de despicadoras hace que mucha población de dedique a esta actividad, pero con la situación que se vive por el Covid-19 se ha incrementado el número de mujeres que solicitan trabajar abaratando el pago en algunas empresas.