[Galería] Entre metsï y ar lele

Puntadas e hilos llegados de las lejanas zonas serranas de Querétaro, elaborados por un grupo de artesanos ñähño, las piezas muchas veces son mal pagadas por los clientes

Antonio Sosa | El Sol de Tampico

  · miércoles 8 de enero de 2020

Puntadas e hilos llegados de las lejanas zonas serranas de Querétaro, elaborados por un grupo de artesanos ñähño (otomíes), le dan color a la esquina de las calles Faja de Oro y Agua Dulce, en la colonia Petrolera de Tampico, donde venden sus piezas hechas a mano.

La jungla de asfalto tamaulipeca los recibió a mediados de diciembre atraídos por la actividad comercial de las fechas festivas e impulsados por la poca posibilidad de subsistencia en sus lugares de origen.

“Traemos artesanías que nosotros mismos hacemos, la mayoría en familia, y son muy buscados por quienes viven aquí en Tampico y que no conocen esta clase de trabajos”, dijo Adriana Juárez a El Sol de Tampico.

La joven es la única que habla con mayor fluidez el español, ya que la mayoría de los adultos que la acompañan apenas conocen el idioma para poder intercambiar sus productos y responder al regateo de los compradores.

Sus piezas más coloridas son los metsï y ar lele -niño y niña- que son elaborados con la técnica de punto de cruz, dando detalle desde las facciones, vestimenta hasta los accesorios de la cultura que representan.

Las materias primas son tela y algodón de relleno, pero sobre todo una gran capacidad creativa para poder elaborar estas piezas únicas en llaveros, pulseras o como juguetes, los cuales tienen un costo que va de 30 a 300 pesos.

“Son varias horas las que tardamos en hacer una sola muñeca”, dice la jovencita, quien apenas supera la mayoría de edad y constantemente tiene que ceder ante aquellos que lanzan la sentencia de cuánto es lo menos”.

Hay diademas o fotsi ñoo con un precio de 70 pesos, aretes desde 10 pesos hasta otros artículos que verdaderamente enaltecen la maestría de nuestros artesanos para obtener materiales de alta calidad que muchas veces no son valorados en toda la extensión de la palabra.

Si usted circula por esa zona residencial del puerto y observa los tendedijos con las ventas artesanales, no dude en detenerse, apreciar y comprar estos objetos que son verdaderas obras de nuestros poco valorados artesanos.