Vieja y obsoleta se encuentra la infraestructura ferroviaria de la zona sur de Tamaulipas, ya que pese a que data de los tiempos del porfiriato es escasa la inversión que se aplica para su mejora, ampliación o modernización.
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Tendidos de vías, zonas de maniobras, entre otros sitios de manejo disponible para la movilidad de los puertos de Tampico y Altamira, así como sus zonas industrial y petrolera, suma más de 110 años en algunos tramos.
Con estas limitaciones las concesionarias Kansas City Southern de México (KCSM) y Ferrocarril Mexicano, S.A. (Ferromex) atienden apenas 20 % de la demanda de carga, por su desinterés en invertir en la expansión de vías, equipo de arrastre y otras áreas de negocio que fortalezcan la competitividad regional.
En 1997, hace 23 años, el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León privatizó la industria ferrocarrilera en México, concediendo por 50 años, prorrogables a un siglo, los principales tramos del sistema de ferrocarriles que entonces eran del Estado.
A poco más de dos décadas que las empresas obtuvieron la concesión de Ferrocarriles Nacionales de México (Ferronales) han desempeñado un papel deficiente y con la abulia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) mantienen rezagos históricos, sin emprender proyectos para la modernización del sistema ferroviario.
Criticó esta situación el presidente del Clúster de Energía, Petróleo y Gas (Cepegas) Tamaulipas, José Benito Torres Ramírez, quien indicó que las gestiones de la comunidad portuaria, industriales y el propio gobierno del estado de Tamaulipas para que amplíen la capacidad de vías y arrastre no han sido escuchadas.
Contrario a la exigencia se mantienen tarifas altas en el switcheo, movimiento y diversos servicios, aplazando además todo tipo de inversiones en la modernización y expansión del servicio por ferrocarril.
“Las 42 empresas del Corredor Industrial de Altamira y el movimiento generan al año grandes volúmenes de carga, pero afrontan limitaciones logísticas muy importantes, porque no cuenta con una oferta ferroviario a la altura de sus necesidades”.
Esta región no dispone de servicios esenciales como patios de almacenamiento de tanques o tolvas propiedad de las compañías clientes de Ferromex o Kansas City; tampoco hay áreas para la certificación y mantenimiento de esas unidades de tracción, pues si se necesita hacer tareas de limpieza o rehabilitación de tanques y vagones tienen que llevarlos hasta Tierra Blanca Veracruz.
Son tantas las deficiencias que genera que la industria local incremente sus gastos de operación en el pago de arrastre y alojamiento de cargas en unidades ferroviarias en entidades vecinas como San Luis Potosí, Nuevo León e Hidalgo, porque en Altamira no hay espacios para la espera del traslado de sus productos.
La propuesta de la iniciativa privada de la zona sur tamaulipeca es que esa oportunidad de negocios la transfieran a terceros y el puerto de Altamira, que se convierta en una región especializada en esos servicios, mencionó Torres.
Considero que es tiempo que la SCT llegue a acuerdos con las concesionarias para resolver problemas añejos como la ampliación de túneles entre Tampico y San Luis Potosí, ya que las restricciones en tamaño y altura dificultan que Altamira reciba mayores volúmenes de vehículos de exportación fabricados en el centro del país.
Es urgente revisar los requerimientos actuales para satisfacer a la brevedad las necesidades de interconexión para hacer fluido el transporte de carga y ampliar la capacidad de respuesta de ambos puertos tamaulipecos.
AHUYENTAN CLIENTES PORTUARIOS
La problemática que impera en la región por lo arcaico e inoperante de varios tramos del tendido ferroviario ha sido por años una exigencia de representantes de los diversos sectores productivos industrial y petrolero.
“Una demanda constante de los clientes en las juntas de operación y programación portuaria es ampliar la capacidad de transporte de productos como carbón o coque, sin embargo, no hay respuesta” dijo el expresidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga, Leobardo Saldívar Caballero.
La apatía de autoridades y concesionarios del servicio de tren ha repercutido negativamente al ahuyentar nuevos clientes y la competitividad regional.
El servicio ferroviario está rebasado por la demanda, apenas atiende 20 % de los requerimientos y las empresas que lo operan no han desarrollado proyectos de crecimiento y modernización manteniendo la misma capacidad de las vías y el equipo rodante desde el siglo pasado.
Tampico y Altamira generan una carga promedio de 20 millones de toneladas anuales.
Lo transportado es principalmente petroquímicos, automóviles, cemento, hidrocarburos, graneles y minerales.
En el 2019 el sector ferroviario del país recibió inversiones destinadas a infraestructura por 13,000 millones de dólares, con mínima aportación hacia esta zona.
CONCURREN EN LA ZONA
Línea L | Administrada por KCSM: Chicalote - San Luis - Tampico.
Línea M | Administrada por Ferromex: Tampico – Monterrey – Gómez Palacios.
En la terminal Doña Cecilia de Ciudad Madero está el empalme; coinciden las dos líneas.