Como si fuera una playa fantasma luce Miramar, apenas algunos empleados de distintos rubros se logran observar, pero ninguna familia en busca de diversión.
Los accesos son vigilados por miembros de la Guardia Nacional quienes ceden el permiso a quienes se identifican para realizar diversas labores.
Recordemos que el pasado lunes fueron cerrados todos los accesos al máximo paseo para evitar posibles contagios del llamado COVID-19.
Al menos en Tamaulipas, hasta el momento hay dos casos confirmados por COVID-19.