Las actividades ordinarias del mundo han sido frenadas abruptamente por la pandemia del coronavirus donde millones de personas permanecen recluidos en aislamiento para frenar la diseminación de esta cepa que cada vez alcanza a más personas.
Todo ha sido trastocado, desde la economía hasta la parte emocional.
Pero la naturaleza continúa su cíclico desarrollo y con la primavera la ciudad se ha vestido de tonos pastel con el florecer de los árboles palo de rosa, mientras aves, peces, reptiles y toda clase de fauna se han apoderado de espacios; el bullicio humano ha sido desplazado por trinar de aves.
Sin duda la naturaleza sigue su avance disfrutando abiertamente de esta cuarentena.