La colocación de nuevos bonos del Gobierno en el mercado financiero por 6 mil millones de dólares a plazos de 5, 12 y 31 años se dan a una tasa más alta -de 5 a 5.5%- comparado con la última colocación de bonos de deuda hecha en enero de este año que fue a 3.86%.
La opinión divide tanto a empresarios como a economistas, mientras unos consideran que es cara, innecesaria y disfrazada, otros aseguran que fue mejor opción que solicitar un préstamo al Fondo Monetario, mas consideran que esos recursos no pueden ser usados para obras como el Tren Maya o para fortalecer el sistema de refinación.
El presidente del Clúster de Petróleo y Gas, Benito Torres, consideró que la decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue errónea porque se ofrecieron los bonos a tasas muy altas y por ello enseguida se vendieron.
“Fue una decisión que se tomó habiendo otras opciones con mejores ventajas, al final de cuentas es una deuda con los tenedores de los bonos a los que van a pagar interés alto a comparación de como está ofreciendo el mercado del dinero”, dijo.
Además apuntó que “no es congruente con lo que se ha venido diciendo que no se endeudará al país, es un préstamo disfrazado, y el Gobierno pagará intereses altos, cuando podría haber conseguido la misma cantidad con mejores tasas de interés”. De acuerdo con el Doctor en Economía Rogelio Cogco, el Gobierno mexicano no ha querido endeudarse porque el país trae a cuestas una deuda de 11 billones de pesos, “algunas calificadoras consideran que no fue un buen momento para sacar esos bonos".