Este 2024, la temporada de huracanes podría ser una de las más activas, porque el fenómeno de El Niño se espera que se convierta en La Niña. Además, el agua del Océano Atlántico tiene temperaturas récord en la mayoría de las zonas, lo que también podría intensificar las tormentas.
Se pronostican 23 tormentas, 11 de las cuales se podrían convertir en huracanes y cinco alcanzarán la categoría 3 o más, según la primera perspectiva para 2024 publicada por la Universidad Estatal de Colorado.
"Está muy por encima del promedio de los últimos 30 años, tanto en huracanes como en tormentas, y por encima del total de 20 tormentas, siete huracanes y 3 huracanes de categoría 3 o más en 2023".
Es el mayor número de tormentas y huracanes que se ha pronosticado en el mes de abril desde 1996. Ya que anteriormente se pronosticaron 19 tormentas en abril de 2022, nueve huracanes en múltiples perspectivas de abril, incluidos 2022, 2013, 2007, 2006 y 1999.
¿Cómo afecta a la región?
El oceanólogo Marcelo René García explicó cómo esos fenómenos de El Niño y La Niña, producto del calentamiento global, pueden incidir en esta región.
"Termina el fenómeno de El Niño y sigue el fenómeno de La Niña con base en las temperaturas del océano. Muchas veces nada más considerábamos al fenómeno de El Niño que se daba cíclicamente cada 8 años, pero se tiene pronosticado en base a las temperaturas que han estado muy altas, y entre más suban es mucho más la fuerza que se puede generar y por ende se dan las bajas presiones y viene la parte de los huracanes".
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Indicó que ahora la formación de huracanes se manifiesta de otra manera porque las temperaturas se están modificando. "Antes del 2005 no había incidencia en las costas del este de Estados Unidos, el primero que se dio fue en Louisiana, que fue catastrófico porque se rompió la presa que inundó la ciudad. Estamos analizando en los simuladores climatológicos que habrá un incremento en las tormentas y en su grado de fuerza por las condiciones de temperatura de la atmósfera y del agua, sus trayectorias serán erráticas".
De llegar un huracán a esta región sería muy lamentable, porque no se está preparado en infraestructura para soportar esa cantidad de agua; cada vez que llueve muchos sectores se inundan.
"Si se le agrega que muchos de los cuerpos de agua están azolvados como la Laguna del Chairel, Champayán y el Carpintero, que no tienen la capacidad de recibir tanta agua, lo que hará un huracán es que esa agua se irá a las partes bajas de las ciudades".
Dijo que cada año es mucho más probable que llegue un huracán por la situación que se tiene; la lluvia esperamos no llegue para abastecer al campo y la pesca.
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"Si con una lluvia como nos tapa las colonias, imagínense cómo nos irá con un huracán. Lo mejor que nos podría pasar es que lloviera en las partes altas para que toda esa agua escurra al sistema lagunario del sur de Tamaulipas".
Factores que lo originan
Las razones detrás de esta perspectiva de tormentas y huracanes en 2024 son: el calor récord del Atlántico. La temporada de huracanes comienza cuando la temperatura del agua alcanza alrededor de 80 grados, lo que generalmente ocurre entre el 1 de junio y el 30 de noviembre, por lo que cuanto más profunda y cálida sea el agua del océano, más fuerte puede ser un huracán.
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Marzo marcó el duodécimo mes consecutivo en que las temperaturas del agua en el Océano Atlántico norte alcanzaron el récord para esa época del año. Ese inusual calor primaveral se extiende desde el Golfo de México hasta África, por lo que la temporada de tormentas y de huracanes que se viene se considera como la más activa en los últimos 30 años.