Al punto de alterar horarios de sueño, hábitos saludables y costumbres diarias, el uso de las nuevas tecnologías está generando un nuevo estrés crónico, condición que podría afectar seriamente el bienestar de las personas y provocar situaciones graves como depresión, aislamiento o condiciones que implican disfunción familiar y falta de productividad laboral.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta vinculados con las nuevas tecnologías, especialmente por el uso de diversas aplicaciones en las plataformas digitales, siendo los adolescentes y adultos jóvenes quienes más propensos están a desarrollar el llamado estrés tecnológico.
"Los jóvenes tienen pocas certezas, miedo a la frustración, poca tolerancia, lo que da como resultado un cóctel perfecto de exigencias grandes y, por lo tanto, de estrés", refirió el director del Hospital Psiquiátrico de Tampico, Alejandro Cruz Rosas, quien mencionó que durante los primeros meses de este año al menos cinco jóvenes llegaron para ser tratados por intentar suicidarse.