El presupuesto para el próximo año ha sido diseñado para una época de estabilidad, donde la austeridad se puede plantear como un principio, más no está diseñado para una fase de crisis, consideró el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas que dirige Rafael Aveleyra en Tampico.
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"Prácticamente no contiene medidas contracíclicas para promover una recuperación más rápida. Los pronósticos de una caída de 8% en el PIB en 2020 y un avance de 4.6% en 2021, son demasiados optimistas".
Destacó que, hay un entorno con ausencia de condiciones para la recuperación de la inversión privada y con un contexto de consumo mermado por el impacto de la recesión en el empleo, lo que indica que los supuestos de ingresos tributarios del presupuesto no podrán cumplirse.
Por lo que la expectativa del PIB este año es de una caída del 10%, por los miembros del Comité de Estudios Económicos, también se prevé una inflación de 3.8% al finalizar el año.
Para 2021 esperan una expansión de 4.6%, una baja en la producción petrolera y un peso más débil en 2021, así como una mayor inflación este año.
En términos de finanzas públicas, esperan generar un superávit en el balance primario para 2020 de 0.2% del PIB con los Requerimientos Financieros del Sector Público en -4.7% del PIB (previo: -5.4%). Para el próximo año estas cifras se ubicarían en 0.0% y -3.4%.
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