Desde miniaturas de tres centímetros hasta tamaños superiores a los ochenta centímetros, la figura del Niño Dios sigue siendo de las más reverenciadas por la fe católica. Son la representación más inocente y transparente de quienes hoy celebran el Día de la Candelaria, vistiéndolo y adorándolo.
Los hay de resina, fibra de vidrio, alabastro, madera o yeso, según mencionó a El Sol de Tampico, el experto en arte sacro Gilberto Figueros Rocha, de Galerías Vaticano, ubicada en la calle Sarabia de Ciudad Madero.
Hay incluso con brazos retráctiles para facilitar la vestimenta que también es variada, desde los comunes ropones, la indumentaria de médico, bombero o hasta del uniforme de la Jaiba Brava. Para aquellos que han sufrido algún desperfecto por accidentes también hay solución, ya que en Galerías Vaticano la reparación está garantizada.
Con ojos de cristal, pestañas naturales y pintura especial que dura hasta 10 años sin maltratarse, es el Niño Dios manifestación del nacimiento del amor, la compasión, la fe y la solidaridad humana.