#Especial | “Hotel Tampico” recinto del turismo cinegético

Grandes bailes e importantes encuentros se desarrollaron en este edificio de 75 años de historia, hoy abrazado por la indiferencia y el abandono

Eugenia Gómez

  · martes 18 de junio de 2019

Ubicada en la calle Emilio Carranza, la emblemática estructura sigue firme por fuera, el olvido solo ha hecho eco en su interior /E. Gómez

Hablar del “Hotel Tampico” es recordar el auge del turismo cinegético en la ciudad, aquellos años en los que fue el sitio preferido por los extranjeros y los grandes bailes que se organizaron en su salón de eventos llamado “La Gruta Azul”.

Hoy poco queda de esos días, aunque la estructura del emblemático inmueble ubicado en la calle Emilio Carranza, en la zona centro, sigue firme por fuera, el olvido ha hecho eco en su interior.

Al entrar, lo primero que se observa son puertas y cristales removidos, y “La Gruta Azul” permanece en una oscuridad solo interrumpida por la luz del día. En los muros y azulejos no se refleja el paso del tiempo, pero en las decoraciones y en la madera se acentúan los casi 75 años de antigüedad.

De la famosa cúpula solo quedan fragmentos, mismos que quienes vigilan el sitio advierten que se pueden desprender de un momento a otro.

Para abordar la historia del antiguo edificio debemos empezar por nombrar a don Agustín Limón, quien comenzó trabajando como peluquero en el primer cuadro del puerto y posteriormente decidió rentar un negocio de armería que tenía su sede donde estaba el café “El Mundo”, en el cruce de Díaz Mirón y César López de Lara.

TURISMO CINEGÉTICO, BASE DE SU DESARROLLO

Era la primera mitad del siglo pasado, en ese entonces el turismo en Tampico se había fomentado principalmente por la Compañía Mexicana de Aviación.

“Cuando declinó la guerra aumentó el número de visitantes y había mucho turismo cinegético, en la zona del río Barberena, en Altamira, y sus alrededores”, relató a El Sol de Tampico el cronista vitalicio de Tampico, Marco Antonio Flores Torres.

Para 1944, el Sr. Limón tenía suficientes recursos para construir su propio inmueble, así que dejó de rentar y mudó su local, “en ese año realiza este edificio e instaura la nueva Casa Limón, que era donde ofertaba las armas.

A la par, abre el hotel tipo americano, cuyos baños al interior lo diferenciaban del resto y en el último piso coloca un penthouse que convierte en su pequeña casita, donde vivió por mucho tiempo”.

ECLÉCTICO, CON UN ESTILO DE LA ÉPOCA

Tanto la fachada como el interior del Hotel Tampico muestran una mezcla de elementos de diferentes estilos y épocas de la historia del arte y de la propia arquitectura del momento.

Se trata de un edificio ecléctico, con un estilo art déco predominante, esto debido a que su diseño integró líneas aerodinámicas, iluminación eléctrica, formas fraccionadas y cristales con una importante presencia de formas geométricas.

Seis años después de su inauguración, ya en la década de los cincuentas, a sus atractivos se sumó el lugar llamado “La Gruta Azul”, salón en la planta baja donde se colocó una cúpula de cristal azul que aparentaba ser el interior de una cueva, incluyendo las piedras y hasta un pozo de los deseos.

En esta área hay una pintura que muestra las áreas de cacería de mayor importancia en el sur de Tamaulipas, porque la idea era adaptarlo al turismo cinegético.

DE LA GLORIA AL ADIÓS, ¿Y AL OLVIDO?

Con el tiempo este tipo de turistas dejó de frecuentar la zona conurbada y el hotel que se manejaba a través de la Compañía Mexicana de Aviación cerró sus puertas casi medio siglo después de recibir al primer huésped.

En el 2003 cesó sus actividades y los bienes se repartieron entre empleados y familiares del Sr. Limón.

“Ya nadie sube, cientos de personas visitaron el hotel en estos últimos años para tomar fotografías, pero a partir del 2018 se prohibieron los recorridos a todo el público por cuestiones de seguridad”, explican los encargados de cuidar el inmueble abandonado.

Señalan que, aunque el estacionamiento con entrada por la calle Altamira funciona al cien por ciento, el edificio se ha vuelto un riesgo para quienes desean conocerlo, ya que el techo se cae a pedazos y cierta indumentaria puede llegar a ocasionar graves accidentes al derrumbarse.

Cabe mencionar que el lugar se mantiene a la venta y actualmente no se están realizando labores de rehabilitación, únicamente se lleva a cabo la limpieza del lugar.