/ lunes 14 de octubre de 2019

#Especial | Hilando historias en el Día Mundial de la Costurera

Hoy 14 de octubre se celebra a todas las y los diseñadores de moda, modistas y costureras por su trabajo y creaciones diarias

Entre hilos y agujas, cosiendo sus sueños, bordando historias y desatando los nudos de sus días; así es como viven muchas mujeres y hombres trabajadores de uno de los oficios más antiguos: la costura.

Un trabajo que requiere creatividad, versatilidad y mucha paciencia pero principalmente necesitan gran habilidad para captar el gusto y estilo del diseño soñado.

Sin encontrar cual fue el origen y año de esta celebración ante la carencia de fuentes y datos oficiales, en muchos países hoy 14 de octubre se celebra a todas las y los diseñadores de moda, modistas y costureras por su trabajo y creaciones diarias; principalmente estos festejos se dan entre las empresas de industria textil, sindicatos y costureras particulares que trabajan desde sus hogares.

AMPARO QUINTERO, UN DON POR HERENCIA.

Sobre el telar apoyado en la maquina, la señora Amparo Quintero teje con amor y tranquilidad, agradeciéndole siempre a Dios por brindarle este don tan bello y a su vez agradeciendo a su abuelita paterna que le dejó esta gran herencia de la costura.

“Recuerdo que cuando era muy pequeña apenas y podía alcanzar la mesa, me paraba de puntitas para ver a como mi abuelita estaba cortando las telas y me la pasaba preguntándole porque me llamaba mucho la atención”, nos compartió la señora Amparo al abrirnos las puertas de su taller y haciendo un viaje al pasado para contarnos un poco de sus inicios en este oficio de la costura.

A la edad de 7 años comenzó su carrera elaborando, vestiditos para sus muñecas y recuerda que entre sus compañeras les vendía esos vestidos en tan solo diez centavos y que hasta en abonos se los dejaba.

Su historia inicia en la colonia Antonio J. Bermúdez de Cacalilao 2, Veracruz, a la edad de 18 años hizo su primer vestido de novia /Karina Crisanto

“Así empece, yo me inventaba los modelos y ellas se emocionaban, todas mis creaciones las ponía en una cajita de zapatos y las vendía; al llegar de la escuela me la pasaba cosiendo en el cuartito de carpintería que tenía mi papá, ese fue mi primer lugar de trabajo” dijo.

Al cumplir 14 años la señora Amparo ya se hacía su propia ropa; al nacer su hermana comenzó a coserle sus vestidos y recuerda que entre sus vecinas comenzaba a decirles que se compraran retazos de tela y ella les podría hacer desde faldas, blusas y demás con el fin de tomar más experiencia. Grata fue su sorpresa que entre las vecinas se fue corriendo la voz y poco a poco se fue creando de muchos clientes.

“Gracias a Dios nunca he tenido la necesidad de poner un letrero de hay modista o costurera, solito mi trabajo se fue de boca en boca” precisa orgullosa.

Comenzando toda su historia en la colonia Antonio J. Bermúdez de Cacalilao 2, Veracruz, a la edad de 18 años hizo su primer vestido de novia.

Es un trabajo que le ha dejado muchas satisfacciones, tuvo la oportunidad de coserles y diseñarles trajes a las esposas de la alta sociedad de aquellos años, en donde en poco tiempo la comenzaban a buscar personas de Ébano, Pánuco y alrededores a Cacaliao.

Al contraer matrimonio, tuvo que dejar su lugar de origen y mudarse a Minatitlán en donde comenzó a construir una segunda historia convirtiéndose madre de tres hijas Dany, Katty y Yuri siguió con el amor a su trabajo lejos de casa.

Desde hijas de gobernadores hasta la esposa del presidente comenzaron a buscar a la señora Amparo para que les realizará incluso vestidos de bodas y quince años.

“Este don que me dio Dios, me lo dio perfecto, puesto que nunca he tenido un reclamo. Mi trabajo me encanta y siempre trato hacer lo mejor que puedo” argumentó.

UNA CREACIÓN EN EL VATICANO

Al llegar hace 18 años a Tampico, la señora Amparo comenzó la tercer parte de su historia desde mandar vestidos de quince años a Acapulco, Monterrey, Ciudad de México, Puebla e incluso hasta Canadá. Pero, sin duda, la mayor bendición y satisfacción que le ha brindado este oficio es haber participado en la vestidura del pesebre del vaticano del año 2018.

“El que mis diseños hayan llegado al vaticano, ha sido el regalo más grande que eh tenido, a sido lo más bello que yo haya podido participar en ese proyecto; sin duda alguna me siento bendecida en mi trabajo” comentó.

La señora Amparo participó en el diseño y hechura de la vestidura del pesebre del Vaticano del año 2018 /Cortesía

“El ser costurera es un trabajo muy honesto, muy limpio y el ser modista es un trabajo en el que no tienes jefe, no tienes horario, para mi, mi trabajo me ha dado mucho, gracias a el saque a mis hijas adelante. Yo no estudie, soy lírica y comencé desde muy abajo pero gracias a mis ganas de aprender seguí adelante y mientras tu hagas bien tu trabajo, es tu mejor presentación”.

LING-YU VÁZQUEZ, DESTELLOS EN EL ESCENARIO

Desde hace más de 30 años Ling-Yu comenzó con su gusto por la costura mirando a su mamá coser con su maquina de pedal cuando tenía tan solo 8 años.

Siendo su primer experiencia en este oficio todo un caos “un día que mi mamá no estaba se me hizo fácil agarrar la maquina y dije vamos a ver que sale, y lo que resulto fue que descompuse la maquina de mi mamá y no cosí nada y ella en vez de regañarme me pregunto ¿quieres aprender?, Yo te voy a enseñar de poquito a poquito” esta sin duda alguna fue el inició de toda una carrera en este gran oficio.

“De un vestido, lo descosíamos, sacábamos el trazo en la tela y ya yo me ponía a practicar” con el paso del tiempo ya en la juventud, Ling- Yu comenzó a ayudar a su mamá en el negocio de costura que tenías, desde comprar las cosas y ser ayudante hasta quedarse con el negocio.

Ling-Yu estudió la abogacía pero no encontró la pasión ni la vocación que en la costura encontró /Karina Crisanto

Estudiando una carrera para ser abogada y que era una profesión que le gustaba, Ling-Yu no encontró la pasión ni la vocación que ella creía empleada.

Ling-Yu comenta que sus creaciones no son de las comunes, puesto que ella no se dedica a coser una falda o una blusa, sino ella le da vida y destellos a todos los bailarines de salsa en el escenario. “El coser piedras, plumas, barillas, flecos eso ha sido lo más complicado que hecho, pero en este trabajo me encanta desde el ir a comprar la tela, idear el diseño que voy a hacer, todo lo que lo engloba me gusta mucho”.

El decidir a empezar algo eso ha sido sin duda alguna es lo más sencillo, “cuando hago vestuarios para academias de salsa, de jazz, de gimnasia incluso para mis clientas de los night club, después de todo el proceso de crearlos, verlos en escena o en el escenario es lo que más me gusta y me deja una gran satisfacción.”

Ver sus diseños en escena o en el escenario es lo que más le gusta y deja una gran satisfacción /Cortesía

La mayor inspiración de Ling-Yu ha sido su mamá, una señora que le gusta mucho el diseño, bordar, tejer, y todo lo que es artistico. “Recuerdo que ella siempre me dijo lo que hagas hazlo bien, sea el oficio o la carrera que elijas hazlo de corazón”.

“El oficio de la costura es muy bonito, productivo, en donde tu le dedicas tiempo, tu tiempo a un cliente para que esa persona sea feliz, se sienta bien con lo que viste o en mi caso que hago vestuarios para bailarines, les brindas la seguridad y alegría en su presentación, la costura es un oficio que puedes realizar en casa, siendo tu propio jefe y atender principalmente a tu familia”.

La costura es un oficio que exige paciencia, pasión, entrega y tiempo en donde con tus manos y con tu vista vas a hacer una creación que hará feliz a mucha gente.

Entre hilos y agujas, cosiendo sus sueños, bordando historias y desatando los nudos de sus días; así es como viven muchas mujeres y hombres trabajadores de uno de los oficios más antiguos: la costura.

Un trabajo que requiere creatividad, versatilidad y mucha paciencia pero principalmente necesitan gran habilidad para captar el gusto y estilo del diseño soñado.

Sin encontrar cual fue el origen y año de esta celebración ante la carencia de fuentes y datos oficiales, en muchos países hoy 14 de octubre se celebra a todas las y los diseñadores de moda, modistas y costureras por su trabajo y creaciones diarias; principalmente estos festejos se dan entre las empresas de industria textil, sindicatos y costureras particulares que trabajan desde sus hogares.

AMPARO QUINTERO, UN DON POR HERENCIA.

Sobre el telar apoyado en la maquina, la señora Amparo Quintero teje con amor y tranquilidad, agradeciéndole siempre a Dios por brindarle este don tan bello y a su vez agradeciendo a su abuelita paterna que le dejó esta gran herencia de la costura.

“Recuerdo que cuando era muy pequeña apenas y podía alcanzar la mesa, me paraba de puntitas para ver a como mi abuelita estaba cortando las telas y me la pasaba preguntándole porque me llamaba mucho la atención”, nos compartió la señora Amparo al abrirnos las puertas de su taller y haciendo un viaje al pasado para contarnos un poco de sus inicios en este oficio de la costura.

A la edad de 7 años comenzó su carrera elaborando, vestiditos para sus muñecas y recuerda que entre sus compañeras les vendía esos vestidos en tan solo diez centavos y que hasta en abonos se los dejaba.

Su historia inicia en la colonia Antonio J. Bermúdez de Cacalilao 2, Veracruz, a la edad de 18 años hizo su primer vestido de novia /Karina Crisanto

“Así empece, yo me inventaba los modelos y ellas se emocionaban, todas mis creaciones las ponía en una cajita de zapatos y las vendía; al llegar de la escuela me la pasaba cosiendo en el cuartito de carpintería que tenía mi papá, ese fue mi primer lugar de trabajo” dijo.

Al cumplir 14 años la señora Amparo ya se hacía su propia ropa; al nacer su hermana comenzó a coserle sus vestidos y recuerda que entre sus vecinas comenzaba a decirles que se compraran retazos de tela y ella les podría hacer desde faldas, blusas y demás con el fin de tomar más experiencia. Grata fue su sorpresa que entre las vecinas se fue corriendo la voz y poco a poco se fue creando de muchos clientes.

“Gracias a Dios nunca he tenido la necesidad de poner un letrero de hay modista o costurera, solito mi trabajo se fue de boca en boca” precisa orgullosa.

Comenzando toda su historia en la colonia Antonio J. Bermúdez de Cacalilao 2, Veracruz, a la edad de 18 años hizo su primer vestido de novia.

Es un trabajo que le ha dejado muchas satisfacciones, tuvo la oportunidad de coserles y diseñarles trajes a las esposas de la alta sociedad de aquellos años, en donde en poco tiempo la comenzaban a buscar personas de Ébano, Pánuco y alrededores a Cacaliao.

Al contraer matrimonio, tuvo que dejar su lugar de origen y mudarse a Minatitlán en donde comenzó a construir una segunda historia convirtiéndose madre de tres hijas Dany, Katty y Yuri siguió con el amor a su trabajo lejos de casa.

Desde hijas de gobernadores hasta la esposa del presidente comenzaron a buscar a la señora Amparo para que les realizará incluso vestidos de bodas y quince años.

“Este don que me dio Dios, me lo dio perfecto, puesto que nunca he tenido un reclamo. Mi trabajo me encanta y siempre trato hacer lo mejor que puedo” argumentó.

UNA CREACIÓN EN EL VATICANO

Al llegar hace 18 años a Tampico, la señora Amparo comenzó la tercer parte de su historia desde mandar vestidos de quince años a Acapulco, Monterrey, Ciudad de México, Puebla e incluso hasta Canadá. Pero, sin duda, la mayor bendición y satisfacción que le ha brindado este oficio es haber participado en la vestidura del pesebre del vaticano del año 2018.

“El que mis diseños hayan llegado al vaticano, ha sido el regalo más grande que eh tenido, a sido lo más bello que yo haya podido participar en ese proyecto; sin duda alguna me siento bendecida en mi trabajo” comentó.

La señora Amparo participó en el diseño y hechura de la vestidura del pesebre del Vaticano del año 2018 /Cortesía

“El ser costurera es un trabajo muy honesto, muy limpio y el ser modista es un trabajo en el que no tienes jefe, no tienes horario, para mi, mi trabajo me ha dado mucho, gracias a el saque a mis hijas adelante. Yo no estudie, soy lírica y comencé desde muy abajo pero gracias a mis ganas de aprender seguí adelante y mientras tu hagas bien tu trabajo, es tu mejor presentación”.

LING-YU VÁZQUEZ, DESTELLOS EN EL ESCENARIO

Desde hace más de 30 años Ling-Yu comenzó con su gusto por la costura mirando a su mamá coser con su maquina de pedal cuando tenía tan solo 8 años.

Siendo su primer experiencia en este oficio todo un caos “un día que mi mamá no estaba se me hizo fácil agarrar la maquina y dije vamos a ver que sale, y lo que resulto fue que descompuse la maquina de mi mamá y no cosí nada y ella en vez de regañarme me pregunto ¿quieres aprender?, Yo te voy a enseñar de poquito a poquito” esta sin duda alguna fue el inició de toda una carrera en este gran oficio.

“De un vestido, lo descosíamos, sacábamos el trazo en la tela y ya yo me ponía a practicar” con el paso del tiempo ya en la juventud, Ling- Yu comenzó a ayudar a su mamá en el negocio de costura que tenías, desde comprar las cosas y ser ayudante hasta quedarse con el negocio.

Ling-Yu estudió la abogacía pero no encontró la pasión ni la vocación que en la costura encontró /Karina Crisanto

Estudiando una carrera para ser abogada y que era una profesión que le gustaba, Ling-Yu no encontró la pasión ni la vocación que ella creía empleada.

Ling-Yu comenta que sus creaciones no son de las comunes, puesto que ella no se dedica a coser una falda o una blusa, sino ella le da vida y destellos a todos los bailarines de salsa en el escenario. “El coser piedras, plumas, barillas, flecos eso ha sido lo más complicado que hecho, pero en este trabajo me encanta desde el ir a comprar la tela, idear el diseño que voy a hacer, todo lo que lo engloba me gusta mucho”.

El decidir a empezar algo eso ha sido sin duda alguna es lo más sencillo, “cuando hago vestuarios para academias de salsa, de jazz, de gimnasia incluso para mis clientas de los night club, después de todo el proceso de crearlos, verlos en escena o en el escenario es lo que más me gusta y me deja una gran satisfacción.”

Ver sus diseños en escena o en el escenario es lo que más le gusta y deja una gran satisfacción /Cortesía

La mayor inspiración de Ling-Yu ha sido su mamá, una señora que le gusta mucho el diseño, bordar, tejer, y todo lo que es artistico. “Recuerdo que ella siempre me dijo lo que hagas hazlo bien, sea el oficio o la carrera que elijas hazlo de corazón”.

“El oficio de la costura es muy bonito, productivo, en donde tu le dedicas tiempo, tu tiempo a un cliente para que esa persona sea feliz, se sienta bien con lo que viste o en mi caso que hago vestuarios para bailarines, les brindas la seguridad y alegría en su presentación, la costura es un oficio que puedes realizar en casa, siendo tu propio jefe y atender principalmente a tu familia”.

La costura es un oficio que exige paciencia, pasión, entrega y tiempo en donde con tus manos y con tu vista vas a hacer una creación que hará feliz a mucha gente.

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