Fusión del cuerpo y la mente, logrando un equilibrio en el movimiento, la respiración y el ser, eso es el yoga, una practica milenaria y espiritual que ha traspasado fronteras, pero sobre todo se ha impuesto a modas superfluas.
En los últimos años esta disciplina surgida en India ha tomado mucho auge en la zona conurbada, con base en los buenos resultados que aseguran han tenido los que la desarrollan en Tampico, Ciudad Madero y Altamira, permitiendo conocer mejor su físico, mente y emociones.
Si bien, el yoga se desarrolló como una práctica espiritual hace miles de años y cuenta con muchas definiciones dependiendo como lo tomas o lo vas sintiendo, su significado etimológico proviene del sánscrito yoga que significa “unión”.
Se asocia con prácticas de meditación en el hinduismo, el budismo, el jainismo así como métodos paralelos a curar heridas físicas pero sobre todo emocionales. Pero al final de todo te lleva al mismo significado que es la “unión”.
El yoga es bien conocido como la práctica que te permite ir por el camino hacia la estabilidad que se consigue meditando mediante el control de la respiración conocido como prabayama, no es solo físico ni de posturas (asanas) o simplemente meditación, en realidad es un estado de conciencia que se encarna cuando comprendemos el significado de la palabra “unidad”.
“La unión la alcanzamos cuando conectamos nuestros pensamientos con nuestras acciones y nuestras palabras con nuestras emociones; es algo que sucede de adentro hacia afuera a medida que lo vas experimentando con tu cuerpo”, explicó el instructor de yoga José María, con más de cinco años de experiencia en esta disciplina.
UNA RESPIRACIÓN CONSCIENTE
En entrevista para El Sol de Tampico, el instructor José María mencionó que su gusto por esta disciplina comenzó al leer un libro en donde se explicaban a detalle los beneficios de una respiración consciente, esta no solo consiste en la oxigenación del cuerpo humano sino que ayuda a que el cuerpo se desenvuelva de mejor manera.
Los beneficios del yoga pueden ser muchos y conforme pasa el tiempo las personas se pueden ir dando cuenta de ellos. Al inicio se puede notar una mejor elasticidad, mayor control de tu cuerpo, más conocimiento del mismo así como equilibrio y fortaleza.
En la rutina diaria también se logran apreciar diferentes beneficios como la estabilidad emocional, una mejor respiración, más tolerancia al desarrollar la paciencia hacia ti mismo y los demás, mejora la calidad del sueño.
Aumento de la memoria, promueve la autoconfianza y la autoestima, ayuda a disminuir la ansiedad, el dolor de espalda, la depresión, la compasión hacia otros seres, la empatía, paciencia y el optimismo, es parte de la lista de beneficios que se le atribuyen a esta disciplina.
YOGA PARA LA PAZ
Dada su importancia la Organización de las Naciones Unidas reconoció desde hace un lustro el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga en reconocimiento a su popularidad universal.
Fue en diciembre de 2014 que se institucionalizó esta celebración para concienciar a la población sobre los beneficios de practicar yoga.
Este 2019 en la quinta celebración del Día Internacional del Yoga se desarrollarán diversos encuentros, plenarias y sesiones masivas, una de estas tuvo lugar ayer 20 de junio en la Sede de la ONU, con una “Sesión de yoga con gurús”, seguida de una mesa redonda el día de hoy.
EL CUERPO, LA PRINCIPAL HERRAMIENTA
“Toda persona con cuerpo puede practicar yoga”, ya sean niños, jóvenes, adultos e incluso personas de la tercer edad pueden llevar a efecto esta disciplina siempre y cuando sea con un profesional en la materia.
Son tantos los beneficios que se pueden adquirir, no solo en el plano personal, sino en colectivo porque a medida que vas efectuando cambios se puede convertir en agente y testigo también del cambio en las demás personas cercanas.
“Todos necesitamos tolerancia, paciencia, equilibrio, fuerza, voluntad y saber respirar”, mencionó José María antes de finalizar la entrevista, invitando a las personas a que practiquen yoga en cualquiera de sus modalidades.
Sin duda un viaje a nuestro interior, en instrospección guiada a través de nuestra respiración nos sirve siempre como agente catártico para depurar la vorágine que representa el andar diario, el mundo y sus predominantes malas noticias.