Es el primero en Tamaulipas y está inspirado en el Salmo 23
Al norte del municipio de Altamira, en el kilómetro 63 de la carretera Tampico-Mante, específicamente en el rancho Santa Gertrudis, desde hace dos años y medio se inició con la siembra del cultivo de lavanda, planta originaria de la costa europea del Mediterráneo que crece en Tamaulipas.
Del otro lado del mundo y a iniciativa de la tampiqueña Emma Lucía Williamson Osti se siembra por primera vez en territorio tamaulipeco este producto bajo la patente “Lavanda S 23”, nombre dado al estar inspirado en el Salmo 23.
El Sol de Tampico visitó el violeta campo del cultivo, pasando el acceso a Villa Cuauhtémoc, siendo atendidos personalmente por Emma Lucía quien explicó que en base al estudio de dicha planta, los aromas que desprenden sus diferentes especies tuvieron a bien iniciar la siembra y reproducción.
El campo de lavanda altamirense alberga ocho especies diferentes en un perímetro de una hectárea, hace a quien lo visita que se sienta en un verdadero jardín europeo, recorriendo los pasillos por donde el visitante camina y aprecia la planta, su flor y disfruta los aromas que desprende.
En México existen cuatro ranchos con sembradíos de lavanda, “el primero de ellos es de Manuel Cossío en el estado de Puebla, hablé con él hace dos años y medio, cuando pensé en este proyecto; fui a visitar su campo, tiene una hectárea sembrada, es el primero que la trajo a México en un área boscosa y batalla para que se reproduzca”.
En el caso de esta zona agrícola de Tamaulipas “nos favorece que existe mucho sol, pero tampoco nos favorece tanta humedad”, explicó Williamson Osti, quien se muestra encantada de que su proyecto, que comenzó una década atrás, hoy va cobrando forma y colorido.
UN CAMPO DISEÑADO Y SUSTENTABLE
En este proyecto la impulsora del cultivo en tierras tamaulipecas se ha apoyado en la guía profesional del Ingeniero en Agronomía Carlos Alberto Palacios Lárraga, que aparte de diseñarle el campo y jardín de la planta y sus ocho especies, lo ha acompañado de un sistema de riego por goteo cada diez días, la colocación de una barrera protectora natural formada por árboles de neem, ciricote y palmeras que le dan un toque diferente a este espacio natural.
“Esto es un proyecto sustentable, para ello hemos contado con el apoyo del ingeniero Carlos Alberto Palacios Lárraga, quien ha trabajado la tierra, ha realizado los estudios correspondientes de los suelos para reproducir la planta y, bueno, hemos creado un invernadero para posteriormente llevar a cabo la siembra del cultivo”, explicó Emma Williamson.
Antes de ejecutarlo en grande y efectuar procesos de industrialización para comercializar la lavanda, “se requiere más de una hectárea, primero estamos pensando en que esto sea un atractivo turístico en sembradío de lavanda aquí en Tamaulipas, actualmente el poco aceite que se logra extraer de la flor y aromas, estamos efectuando productos artesanales”, dijo.
Aunque la idea es crecer “no podemos pensar en un gran campo de cultivo de 20 hectáreas como los que existen en el Mediterráneo si antes no tenemos algo sustentable, esto es un proyecto que va caminando poco a poco, estamos en la etapa de la difusión entre la población, que conozca sus bondades y para que nos pueda ayudar, tenemos dos años y medio en este lugar”.
FAMILIAR Y DE FE
El plantío de lavanda en Altamira es el primer sembradío de su tipo en todo Tamaulipas, se efectúa precisamente en el rancho Santa Gertrudis, un predio propiedad de la familia de Emma Lucía Williamson Osti.
“Cuando estaba ideando este proyecto pensé en las tierras que me fueron heredadas y por eso me decidí a sembrarla aquí, por algo me las dejaron y quiero devolverle a esta zona lo mucho que nos han dado a mis abuelos y padres por más de 70 años”, resaltó.
Al momento que usted llega a visitar este primer sembradío de lavanda en la entidad le sorprende la forma en que está constituido.
Uno de sus pasillos forma la letra S, precisamente haciendo alusión al Salmo 23 que reza: “en lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto a aguas de reposo me pastoreará”.
Y es precisamente donde Emma Lucía Williamson Osti y Carlos Alberto Palacios Lárraga quieren proyectar al visitante, que aunado al clima que prevalece en esta parte de Altamira se logra conjugar un plan de armonía en pleno contacto con la naturaleza.
Además en este campo de cultivo se ha sembrado romero, tomillo, orégano mexicano y albahaca, “queremos que cuando vengan las personas a visitarnos, queden encantadas por la belleza del lugar pero envueltas de agradables aromas”.
Bañado por el sol, la humedad tamaulipeca y el sueño de Emma Lucía y Carlos Alberto, va encaminado a poner en alto el nombre de Altamira y del estado de Tamaulipas por la producción de estos bellos campos violetas de lavanda.
EL CAMPO DE LAVANDA
Alberga ocho especies diferentes en un perímetro de una hectárea. Además en este campo de cultivo se ha sembrado romero, tomillo, orégano mexicano y albahaca.