Sobre la avenida Ayuntamiento, en la colonia Martock de Tampico, se encuentra la escuela primaria federalizada “Enrique C. Rébsamen”, llamada así en honor a uno de los más importantes pedagogos, cuyo trabajo fue referente en la educación mexicana y sus ideas acerca del aprendizaje en los más pequeños siguen resonando en las aulas escolares.
DÍAZ: MEXICANOS FIELES AL PAÍS
Con el fusilamiento de Maximiliano, concluye en México un ciclo intervencionista y comienza la tarea de consolidar y traer estabilidad a la nación. El gobierno de Porfirio Díaz buscó en la educación un medio para conseguir la cohesión social.
Era primordial, dice la historiadora Carmen Ramos Escandón, “enseñar las leyes y la historia del país como los mejores medios para hacer buenos ciudadanos”. De manera que, agrega Ramos Escandón en su artículo “Enrique Rébsamen, ideólogo educativo”, no solo se establece la educación laica y obligatoria, sino que se genera la preocupación por los métodos que garanticen la efectividad de la enseñanza. Tarea en la que contribuyó, junto a otros destacados pedagogos, Enrique Rébsamen.
LA EDUCACIÓN, SU DESTINO
Enrique Conrado Rébsamen nació en 1857, en Kreuzlingen, Suiza. De acuerdo a Lizeth Pensado y Élida Sánchez, sus padres eran educadores y a los 16 años Enrique demuestra un profundo interés por la enseñanza. En 1876 se titula de Profesor en Educación Primaria en la Universidad de Lausanne.
Realiza una serie de trabajos como docente y director de escuelas hasta que en 1853 llega a México, atraído por todo el movimiento liberal que se gestaba en el país y por el que manifestaba una fuerte simpatía.
Llega a León, Guanajuato, a dar clases particulares a los hijos de un comerciante europeo de apellido Fish. “Poco fructífera fue la estancia de Rébsamen en León con la familia del comerciante debido a que sus ideas liberales chocaron con el clero local”, escriben Pensado y Sánchez.
NACE LA ESCUELA NORMAL EN VERACRUZ
Rébsamen se muda a la Ciudad de México y conoce al maestro Ignacio Manuel Altamirano, quien entonces estaba encargado de la creación de la escuela normal en la capital del país. En 1885, Juan de la Luz Enríquez, gobernador de Veracruz, le encomendó a Rébsamen la organización de un curso breve para la formación de maestros en el estado, de manera que se funda la Escuela Normal Veracruzana, de la que más tarde fue director.
“Posterior a la inauguración del plantel, se iniciaron cursos el 22 de enero de 1887; estaban dirigidos, de forma exclusiva, a varones. El acceso a mujeres se autorizó hasta 1891”, señalan Pensado y Sánchez. Ramos Escandón señala que el curso de Rébsamen significó la primera ocasión que se brindaba un plan de las ciencias pedagógicas en el país: “El programa comprendía una introducción general a la pedagogía que explicaba el concepto de educación, los factores que influyen en ella, y al mismo tiempo se analizaban los fundamentos psicológicos y lógicos de la teoría pedagógica”.
LA MODERNIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN
Pensado y Sánchez, en su biografía de Rébsamen incluida en el libro “Grandes educadores de México y de América Latina”, afirman que Rébsamen adaptó las ideas de diversos pedagogos europeos como Pestalozzi, Herbart y Bencke al contexto mexicano, por lo que este pensamiento marcó el progreso de la enseñanza normal y la educación en el país. Como director de la escuela normal, Rébsamen publica “México Intelectual”, una revista donde se discuten temas de pedagogía y funge como el medio donde Rébsamen plasma buena parte de sus teorías educativas y experiencias didácticas, así como sus críticas al sistema mexicano de enseñanza.
EL MÉTODO RÉBSAMEN, SU LEGADO
Entre las aportaciones Enrique Rébsamen se encuentran la introducción de la imagen, el color y el juego como estrategia didáctica y una manera de hacer más amenas las clases, método que aún prevalece en la actualidad.
De igual modo, fue un enemigo de la memorización mecánica ya que, afirmaba, limita las facultades del niño y no garantiza el aprendizaje.
Rébsamen falleció el 8 de abril de 1904, en Xalapa, Veracruz, pero su ideario permaneció en su “Guía metodológica para la enseñanza de la Historia” (1890) y “La enseñanza de la escritura y lectura”, en 1898, que integran el Método Rébsamen, con el que desplaza la enseñanza antigua y se consolida en México la educación moderna.