Coronas y ramos de flores blancas inundaron la fachada del consultorio de Francisco Manuel Martínez Martínez, en memoria del querido médico cirujano que hasta el último momento brindó atención a sus pacientes y pereció víctima del Covid-19.
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Agradecidos por la atención le dieron el último adiós a quien sin importar el riesgo que representaba siguió consultando, jamás dijo que no al llamado y ejerció el cumplimiento de su profesión, contagiándose del mismo virus del que salvó a más de un centenar de tampiqueños y del que ya no pudo salvarse él mismo.
Francisco Martínez egresó de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) como Médico Cirujano, con especialidad en Salud Pública por la Universidad del Ejercito México y Fuerza Área.
Sirvió en las fuerzas armadas, orgulloso de su vocación y cumpliendo una de sus más fieles metas, el servir a la población, objetivo que continúo hasta el final de su vida.
El tampiqueño alcanzó el grado de comandante de pelotón de Sanidad en el Quinceavo Batallón de Infantería de la Octava Zona Militar. Después de 10 años de servir con honor a la milicia instaló su consultorio privado, en medio de la contingencia sanitaria que se vive por la pandemia de coronavirus lejos de cerrar las puertas, atendió cada una de las llamadas de auxilio de sus pacientes contagiados, hasta que este domingo murió víctima de la misma enfermedad.
"Desde que comenzó lo de la pandemia atendió gente contagiada y casos sospechosos, iba al Seguro Social o a domicilio, a hospitales, a donde lo llamaran para brindarles la atención, además elaboraba certificados de defunción de pacientes con coronavirus acudiendo hasta las casas, se infectó de Covid-19 y la enfermedad se lo llevó en una semana”, relató a EL SOL DE TAMPICO, César Augusto Martínez Castro, hijo del médico.
Fue internado en el Seguro Social donde murió a causa de un paro respiratorio por el mismo virus a la edad de 64 años, de los que más de 35 dedicó a la medicina.
PESAR Y ORGULLO
El doctor deja un hondo pesar en los corazones de sus pacientes, familiares y amigos que lo llegaron a conocer en vida y quienes lo despiden como el héroe que se mantuvo de frente y en primera línea en esta emergencia, entregando su vida salvando a quienes lo llegaron a llamar a las puertas de su consultorio que hoy se viste de blanco en su memoria.
"Ayudó a mucha gente sin recibir nada a cambio, nos deja como enseñanza ser fuerte ante la vida. Mi mamá y mis hermanos nos sentimos muy orgullosos de que él estuvo en la batalla hasta el final, no se alejó de la pandemia, siguió salvando vidas aun cuando eran pacientes que iban con todos los síntomas y los llegó a curar, mucha gente regresó a agradecerle porque los curó de Covid-19, es un honor lo que hizo en vida, porque salvó muchas vidas".
Al médico le sobreviven sus cuatro hijos: Diego, Yolanda, Cristhian y César Martínez Castro, así como su esposa Yolanda Castro y 11 nietos, lamentablemente no llegó a conocer al doceavo nieto que viene en camino y quien seguramente sentirá el mismo orgullo que sembró en su familia hacia la labor que realizó día con día.
En el que fuera su consultorio se colocó una fotografía donde se le ve sonriente y feliz, que ha sido aprovechada por sus pacientes para dejar ofrendas florales en honor al héroe tampiqueño, por lo que el entrevistado finalizó agradeciendo el noble y emotivo gesto que han tenido las personas y el apoyo que han recibido en este proceso de duelo por parte de la población.