La zona sur de Tamaulipas no está preparada para el impacto de un fenómeno meteorológico, por lo que la llegada de un huracán, aunque aportaría grandes cantidades de agua, sería desastrosa.
El Centro de Predicción del Clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), pronostica entre 17 y 25 tormentas de las cuales entre ocho y 13 podrían convertirse en huracanes. Lo que es una actividad superior a lo normal por las temperaturas del mar.
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El oceanólogo Marcelo René García Hernández, señaló que “se espera que los huracanes sean más intensos debido a la diferencia de la temperatura entre el agua y la tierra, estamos hablando de temperaturas que anteriormente no se veían, estamos hablando de temperaturas propiamente de hasta 26 grados -en el mar-”.
Detalló que la zona conurbada no está preparada para el impacto de uno de estos fenómenos meteorológicos, el cual acarrearía muchos problemas.
“Tan solo para la zona, por tres aspectos principales; la primera es que en su momento las ciudades del sur de Tamaulipas no están preparadas para eso.
No tenemos un buen sistema pluvial para que pueda ser desalojado toda el agua, siempre con una lluviecita, inmediatamente nos inundamos”, aseveró.
La segunda que consideró la más peligrosa, es que las autoridades no le han dado mantenimiento al sistema lagunario, no vamos a poder contener los volúmenes de agua que se requiere, porque no tiene específicamente la profundización, eso ya se debería de considerar.
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La tercera refiere el especialista es el cordón litoral, “una marejada fuerte va a abrir convirtiéndolo en la parte de las marismas, en una bahía, y hay colonias que están debajo del nivel del mar.
A eso se le agrega todo la precipitación que no hay un dren continental, los que van a resentir va a ser el corredor industrial y la otra son las colonias del norte de Tampico, norte de Madero y sur de Altamira, que son las más pobladas”.
García Hernández mencionó que la zona no soportaría la llegada de un huracán categoría dos o tres, “nos pulverizan, la cantidad de los daños que se va a genera en la población es muy grande, ya no digamos por las situaciones de las cosas materiales, sabemos que la gente no está preparada en este momento para un evento de esa naturaleza y menos ahorita”.
Hace falta infraestructura en los tres municipios
El oceanólogo señaló que en esta crisis hídrica, la mayoría de las personas piden la llegada de un huracán para que se vuelvan a llenar los sistemas lagunarios, sin embargo no es la mejor opción para esta parte de Tamaulipas.
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“Si esperamos definitivamente huracanes mucho más intensos, grados tres, cuatro o hasta posiblemente uno de cinco, mucha gente está pidiendo y hasta rezando para que llegue un fenómeno meteorológico de esa naturaleza, pero creo que no es lo más conveniente”, externó.
Lamentó la falta de cultura de Protección Civil para afrontar uno de estos desastres, además de la infraestructura en las tres ciudades de la conurbación, por lo que un posible impacto de un fenómeno meteorológico sería desastroso.
“Faltaría toda una serie de eventos, entre lo que están: información, recomendaciones, tener los lugares específicos y la capacidad de los refugios.
Hacer la infraestructura como canales pluviales, irlos desazolvando las lagunas que están secas ahorita, antes de que lleguen los siguientes volúmenes de agua al sistema lagunario, en este caso la laguna del Chairel, Champayán, ir desfogando porque al final de cuentas, esa va a ser nuestra primera defensa”, indicó.
La ciudadanía no sabría cómo reaccionar ante un huracán
Son varias generaciones que no han estado en medio del desastre que dejan los huracanes al contacto con la tierra, en las zonas costeras principalmente, por lo que no sabrían cómo actuar en una situación de emergencia.
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“Ni siquiera de una tormenta tropical fuerte, lo desconocen, y cuando se desconoce qué ocurre, que no está preparado, hay que informar, instruirlos, si no de otra manera entramos en una situación de pánico”, afirmó.
Puso como ejemplo las dos situaciones más recientes que han vivido los residentes del sur de Tamaulipas, como lo fue la contingencia sanitaria en donde la ciudadanía realizó compras de pánico de papel sanitario, cubrebocas y gel antibacterial; ahora en esta crisis hídrica la adquisición de tinacos y botellones con agua.
“Ir determinando los refugios óptimos con toda la infraestructura que se requiere para ese tipo de situaciones, oye que no nos ha dado en más de 50 años, pero nos va a pegar y el día que impacte va a ser muy fuerte, entonces porque esperarlos y no empezamos a prepararnos”, externó.
Mencionó que los atlas de riesgos con el que cuenta cada municipio debe de actualizarse cada determinado tiempo, para tener bien determinadas las zonas con mayor riesgo y actuar de inmediato, sabiendo el protocolo a seguir por parte de cada uno de los integrantes de Protección Civil y de los gobiernos locales.
“Para un huracán sabemos cuánto va afectar y las colonias, que densidad tenemos en esos sectores, no hay una forma de que lo preparen de la noche a la mañana.
Ahorita como oceanólogo, en este caso, investigador lo que recomendaría a la autoridad, es ir preparando los lugares que se pudieran en cierto momento ocupar para este tipo de situaciones”, indicó.
Reiteró que primero se debe reforzar las primeras defensas como lo son las zonas lagunares y posteriormente el cordón litoral, para retener toda la cantidad de agua que acarrean los huracanes.
Finalmente dijo que para amainar la problemática que se vive actualmente, con una tormenta sería suficiente y evitar los desastres que podría ocasionar un ciclón.
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“Si hay una depresión o una tormenta tropical, es bienvenida, porque eso nos trae un poco de alivio sobre la parte correspondiente de la temperatura que se ha estado incrementando”, concluyó.