Tampico, Tamaulipas.- Corriendo entre las avenidas de gran flujo vehicular, con coloridos atuendos ajenos a la urbanidad, ofreciendo productos o artesanías cada vez son más los inmigrantes que llegan a entidades de la zona norte del país huyendo de la galopante pobreza del sur.
No son hondureños, salvadoreños o guatemaltecos, tampoco viajan en caravanas que llamen la atención de la prensa internacional, se trata de un flujo silencioso de mexicanos, que imperceptible poco a poco han ocupado espacios en las grandes urbes.
Abandonaron el pueblo, ejido o ranchería enclavados en la zona huasteca, el altiplano, el bajío o incluso la tierra caliente para, sin importar los dichos y noticias de violencia, enfilar hacia el norte, no quieren llegar a Estados Unidos ni encarar la pesadilla norteamericana y sus deportaciones, ellos buscan cristalizar el sueño mexicano de un mejor porvenir.
“No hay otra que venirnos, allá -en Huejutla, Hidalgo, de donde es originaria- no hay nada, ni trabajo, ni ventas, ni ayuda, no hay nada” dice tímida a El Sol de Tampico la señora Juana Cristobal San Martín, quien viajó 140 kilómetros de “raid” hasta Tampico, en la zona sur de Tamaulipas.
No llegó sola, ya que como otras cientos de mujeres identificadas como “marías” lo hizo con hijos propios y ajenos, con quienes llegan a las áreas urbanas para vender, hacer malabares o pedir una moneda, aprovechando que los niños generan mayor sensibilidad a automovilistas o asociaciones altruistas.
Rentan humildes viviendas, cuarterías o se instalan en la vía pública encarando el clima norteño y sus variantes inclementes que en horas puede pasar de 40 a 10 grados centígrados de temperaturas.
La situación genera un problema severo detectado por la Coordinación de Protección Civil del Estado de Tamaulipas, que recibe personas de entidades como Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Querétaro, del Estado de México e incluso sitios tan distantes como Oaxaca y Chiapas.
“Los dividimos en dos grupos, uno es el que llega para pedir dinero -pedigüeños- y lo hace principalmente en los dos últimos meses del año, en su gran mayoría mujeres y niños; así como aquellos que vienen a comerciar sus productos de temporada en Semana Santa, verano, fiestas patrias o algunas otras” dijo el coordinador estatal de protección civil Pedro Granados Ramírez.
En el estado de Tamaulipas son los municipios de Tampico, Ciudad Madero y Ciudad Victoria, los que reciben el grueso de la inmigración nacional, ya que otras localidades como Matamoros, Nuevo Laredo, Rio Bravo y Reynosa en su mayoría son centroamericanos que buscan cruzar a la unión americana o repatriados que deciden quedarse.
PEQUEÑOS VIAJANTES
Además de la cuestión económica, de seguridad e imagen que representa este desplazamiento de nacionales a organismos como el DIF Tamaulipas preocupa el aumento de los niños migrantes.
Cada año son más los menores de edad que abandonan sus hogares en México y Centroamérica para comenzar la travesía, la mayoría de las veces completamente solos hacia Estados Unidos, huyendo de la pobreza, la violencia o en busca de mejores oportunidades.
LOS NIÑOS MIGRANTES
- 5 mil 349 atendidos por el DIF Tamaulipas en el 2018
- 2.7 millones de inversión para los centros de albergue
Dejaron sus hogares en Guatemala, Honduras y El Salvador; pero también de estados mexicanos como Guanajuato, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, viajando en el 70% de los casos completamente solos, quienes en los Centros de Atención a Menores Fronterizos (Camef) del DIF Tamaulipas reciben atención.
“Nuestra responsabilidad es que regresen a sus Estados de origen o países, dándoles el apoyo que necesitan” dijo la presidenta del DIF Tamaulipas, Mariana Gómez de Garcia Cabeza de Vaca.
De octubre del 2016 a septiembre del 2018 han sido 7 mil los menores migrantes atendidos, de los cuales en el presente año suman más de 5 mil, la mayoría entre 12 y 17 años de edad.
LOS CENTROS DE ATENCIÓN A MENORES
- Reynosa con 2 mil 265 atenciones
- Nuevo Laredo, alcanzó mil 478
- Tampico, 886
- Matamoros 720
REPATRIADOS TAMBIÉN SE QUEDAN
No solo son los inmigrantes nacionales los que viajan a las entidades norteñas, sino que un número considerable de los repatriados de Estados Unidos deciden quedarse en esta zona para trabajar.
El director general del Instituto Tamaulipeco del Migrante (ITM) y coordinador General de la Coordinación Nacional de Oficinas Estatales de Atención a Migrantes (CONOFAM) en México, José Martín Carmona Flores, aseguró que “por lo menos 20% de las personas que son repatriadas -este año cerca de 60 mil- deciden quedarse en Tamaulipas tanto por la cercanía con Estados Unidos como la posibilidad de emplearse como chofer de maquinaria o en maquiladoras”.
REPATRIADOS SE QUEDAN
- Nuevo Laredo
- Reynosa
- Matamoros
- Río Bravo
Al tocar territorio nacional acuden a visitar a sus familiares en el centro y sur del país “pero al cabo de unos días o semanas regresan ya no en calidad de migrante, sino de mexicano que quiere quedarse aquí -en Tamaulipas- como inmigrante”.
Anualmente son cientos de repatriados que eligen sitios como Nuevo Laredo, Río Bravo, Reynosa y Matamoros como su opción de trabajo “ahora con el paraíso fiscal anunciado -por el gobierno federal- para la zona norte- este fenómeno podría aumentar sustancialmente”.
PLAN MIGRATORIO 2019 MERMADO
Paisanos, migrantes, transmigrantes y deportados de los EU a Mexico, no tendrán suficientes recursos para el año 2019 debido a que el Plan Migratorio presentado por la Secretaria de Gobernación (Segob) y la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE), contradice el Presupuesto de Egresos aprobado por el Congreso donde deja en total desamparo a estos sectores.
El panorama para el año venidero se ve aún más sombrío, ya que no contarán con recursos al desaparecer importantes programas y fondos como el Esquema de Apoyos como el Programa 3 por 1 para proyectos productivos, el Fondo de Atención a Migrantes (FAM), entre otros.
De quienes escribimos son de los inmigrantes mexicanos que no ven como opción cruzar el Rio Bravo, sino que buscan en su tierra la posibilidad de cristalizar el sueño mexicano, sintiéndose todos los días extraños en su propia casa.