En redes sociales circulan una serie de tutoriales sobre cómo lograr tener un buen diseño de cejas. Además de su aparente importancia estética, al parecer, esta parte del rostro es una herramienta vital de comunicación no verbal (lenguaje corporal). Incluso diversos expertos a nivel internacional señalan que fueron piezas claves en la historia de la evolución.
La Real Academia Española (RAE) define las cejas como “una parte de la cara, prominente, curvilínea y llena de pelo, situada sobre la cuenca del ojo”. Aunque durante mucho tiempo se pensó que su finalidad se limitaba a proteger los ojos del sudor, el polvo y los rayos solares. No obstante, al parecer su función es más amplia, ayudando a cimentar las bases de la sociedad.
Las cejas en el pasado de la humanidad
De acuerdo a Yuval Noah Harari, autor de “Sapiens: de animales a dioses”, hace 150 mil años existieron diferentes especies del género Homo, a saber, Homo Neanderthalensis, Erectus, Soloensis, Floresiensis, Denisova, Rudolfensis, Australopithecus y Sapiens. De todos ellas, una especie se volvió dominante.
Aunque no existe una explicación unánime de por qué los Sapiens sobrevivieron, en tanto que las otras especies perecieron, sí hay varias teorías al respecto.
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Para Penny Spikins, coautora del artículo “Morfología supraorbitaria y dinámica social en la evolución humana", las cejas podrían explicar cómo los sapiens evolucionaron gracias a tener mejores sistemas de comunicación que las otras especies de humanos.
Bajo la anterior interpretación, al leer las expresiones faciales, nuestros antepasados podían saber si alguien estaba embargado de ira, consternación o dicha.
¿Las cejas no mienten?
Con el tiempo, además de servir como un canal de enlace, las cejas cobraron relevancia estética. Marta San Miguel Pagola y José Manuel Burgos Bragado, en su artículo “Las cejas también hablan” publicado en “The Conversation”, explican que en el antiguo Egipto, la apariencia de esta parte del rostro era indicio de la posición social que se ocupaba.
La clase alta del antiguo Egipto, en la Edad de Bronce, hace más de seis mil años, se depilaban las cejas, para luego pintarlas con “kohl”, una mezcla de tono negro formada principalmente por galena molida. Algo parecido a los delineadores actuales.
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Pagola y Bragado recuperan en su artículo, la investigación de Sophie Sowden y equipo, publicada en PubMed, donde se expone que la velocidad de los gestos faciales indica la emoción primaria de quien comunica. En este escenario, el movimiento de cejas cobra una especial importancia.
Un gesto brusco de cejas puede detonar ira, en tanto, movimientos lentos en esta parte del rostro pueden indicar tristeza.
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Al parecer, además de la importancia estética de un buen delineado de cejas, esa parte del rostro es un componente vital de la comunicación no verbal en la especie humana.