Reynosa, Tams.- En la franja fronteriza del norte del Tamaulipas observar una boda a la mitad del puente internacional Reynosa-Hidalgo puede ser muy común. Sin embargo, para otras personas puede resultar un acto curioso.
Desde ya hace algunos años las parejas unen sus vidas en las inmediaciones del cruce fronterizo que conecta a la ciudad de Reynosa en Tamaulipas, con Hidalgo, Texas.
Por lo que estos actos permiten a las personas acortar el tiempo y el ahorro de dinero para realizar el trámite de legalización de la pareja que vive del otro lado del Río Bravo.
En la frontera de Tamaulipas se han unido en matrimonio mexicanos con estadounidenses, pero recientemente en la ciudad de Matamoros se realizó una boda colectiva en la que se casaron al menos cinco parejas de diferentes nacionalidades, algunos de ellos cubanos, hondureños y peruanos, quienes fueron apoyados por organizaciones sociales norteamericanas para efectuar este trámite.
“Hemos tenido algunas casos de personas que fueron deportadas o que nunca habían tenido a la esposa cerca y llega el momento especial como San Valentín y se reúnen a medio puente, los acompaña la familia y se casan en el puente entre México y Estados Unidos”, dijo el dirigente de la casa del migrante Senda de Vida en Reynosa, Héctor Silva.
Continuó que “muchas de las veces son para familias, hemos visto parejas que lo hacen para mantener el convenio de los Estados Unidos, pero la mayoría de las veces son personas del otro lado”, expresó el entrevistado.
En algunas ocasiones los casamientos son considerados una de las vías para que una persona del extranjero pueda conseguir una residencia permanente dentro de los Estados Unidos pese al orgullo del gobierno americano.
Estos actos demuestran que el amor no tiene fronteras y menos un muro que los frene. Las bodas binacionales se realizan en el reducido pasillo de la mitad del acceso fronterizo donde solamente una valla y los transeúntes son testigos de una batalla contra las leyes migratorias.
Además se han suscitado casos de personas reynosenses que han unido sus vidas con cubanos, pero por temor a que estas personas sean deportadas a su lugar de origen por autoridades mexicanas, no deciden revelar su situación sentimental.
No solamente se han generado matrimonios en la línea fronteriza cercana al río Bravo, sino que también se han forjado amistades verdaderamente en esta espera permanente por cumplir el sueño americano.