Como un "corte de caja" en la historia de Tampico calificó el Seminario de Cultura Mexicana el fallecimiento del cronista de Tampico Marco Antonio Flores Torres, quién este 13 de agosto a un mes de haber cumplido 60 años de edad murió en este puerto.
“Es muy lamentable está profunda pérdida de un baluarte de Tampico, un personaje que a través de los años, desde joven, siempre fue constante en sus investigaciones, siendo alumnos por 45 años del padre González Salas, uno de los más estudios historiadores de la zona”.
Señaló José Antonio Cruz Álvarez, presidente de la corresponsalía Tampico del Seminario de Cultura Mexicana, quien expresó que Marco Flores, “ha dejado plasmado la recuperación y el rescate de muchas tradiciones, edificios, leyendas e historias de eventos que se suscitaron en la ciudad, trabajando incluso para lograr su nombramiento como puerto histórico”.
Tampico la ciudad, añadió, pierde a uno de sus hijos que más la amaban, no sólo en su carácter de cronista vitalicio de la heroica ciudad y puerto de Tampico, sino como un ciudadano respetuoso de la historia de su lugar de origen y promotor de la identidad de una región tan vasta como la huasteca.
Por separado el Miguel Ángel Hernández, del portal cultural Historias del Puerto, comentó, que las consternación va más allá de los ámbitos culturales y políticos, sino en lo personal para muchos ciudadanos e instituciones educativas y sociales, pues aportaba mucho sobre el conocimiento de la historia de Tampico.
“Comulgaba con todos los grupos, siempre trataba de apoyar a quien solicitara y si estamos muy tristes por este deceso, siempre fue un soporte no solo para agrupaciones, también para muchos estudiantes que iban hasta sus oficinas y platicaba con ellos para difundir la identidad de su amado puerto”, expresó.
Marco Antonio Flores Torres, especialista en Archivonomía e Historia de México, fue el tercer cronista de Tampico, fue nombrado el 25 de agosto de 2010, después del fallecimiento del padre Carlos González Salas, de quien fue adjunto durante largo tiempo, siendo el primer cronista de la ciudad el maestro Antonio Martínez Leal.