Don Gume, cumplió 100 años de edad y este hecho no solo es celebrado por toda su familia, sino también por el municipio de Ebáno, San Luis Potosí, debido a que este longevo hombre forma parte de su historia de más brillo, la del auge petrolero.
Gumersindo Azúa Rojas, llamado por sus amigos como Don “Gume”, nació un 13 de enero de 1924 en el ejido Santa Rosa -hoy conocido como colonia Santa Rosa- de Ciudad Valles, San Luís Potosí; fue el hijo mayor de 14 hermanos concebidos por el matrimonio de sus padres que formaron Don Lino Azúa Moctezuma y Doña Carmen Rojas Quintero.
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VIVIÓ EL AUGE PETROLERO
A sus siete años de edad llegó para quedarse al municipio de Ébano, su tío Próspero Azúa lo recibió en la Ex-Hacienda Ajinche -hoy conocida como La Marland-, quien laboraba para las compañías petroleras.
Apenas Don “Gume” cumplió la mayoría de edad ingresó a la industria petrolera como trabajador eventual, años después consiguió su base, actualmente disfruta de su jubilación desde hace 45 años.
Se casó con la señora, Marcelina Reyes Guevara, de esta unión nacieron sus 10 hijos: Bertha, Julia, José, Antonio, Rosario, Tomás, Jesús, Rafael, Rosa y Juana.
El matrimonio con doña Marcelina duró 53 años, permanecieron juntos hasta que ella falleció.
Los ebanenses lo reconocen porque su vida ha sido metódica y siempre alejado de alcoholismo y el cigarro.
El trabajo, su familia y por supuesto, la música huasteca, han sido las pasiones de Don Gumersindo.
TUVO FIESTA EN GRANDE
Cien años no se dicen y no se cumplen con facilidad, por lo que la ahora ya extensa familia Azua Rojas, organizó una fiesta en su casa ubicada en la calle Aldama de la zona centro de Ébano.
Don “Gume”, que ya es padre de cuatro generaciones, tiene tres tataranietos con Heriberto, Dafne y Mateo.
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Para festejar este centenario hombre, dos tríos huapangueros fueron convocados, la celebración indicó con las tradicionales mañanitas para dar paso a los tradicionales sones y huapangos que tanto le gustan al centenario.
A la casa de “Don Gume” llegó la alcaldesa de Ébano, María Soledad Carreño Linares, quien le entregó un reconocimiento
“La felicidad consiste en dedicar la vida al servicio de nuestros semejantes y la familia nos proporciona un el camino para ello", apuntó la edil en el festejo del centenario de Ébano.