Don Toño, el escultor sacro

De troncos de madera hace emerger diversas figuras religiosas

Miguel Díaz | El Sol de Tampico

  · jueves 14 de enero de 2021

Una colección resguardar en un lugar especial el artista altamirense aguarda celosamente el momento y lugar para exponerlas y venderlas | Miguel Díaz

En la vida siempre debemos dejar un legado, desde una familia hasta una obra que perdure en el tiempo y que tenga un mensaje hacia los demás, sobre todo si está basada en una experiencia de fe y gratitud hacia el Creador.

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Tal es el caso de Raymundo Antonio Santiago González, quien, 12 de sus 70 años de edad los ha dedicado a tallar figuras religiosas en troncos de madera hasta convertirlos en verdaderas esculturas de arte.

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En un recorrido por la ciudad de "Cuco" Sánchez conocimos a este artista nato, quien toda su vida la ha dedicado a la construcción, pero desde su llegada a estas tierras tamaulipecas, un 23 de octubre de 1982, procedente del Estado de México, inició la construcción de casas en la colonia Roger Gómez.

Don Toño, como lo conocen sus amigos entrañables del gremio de la construcción, nos mostró la colección de figuras religiosas que ha elaborado cuando sintió la necesidad de sentirse útil para la sociedad y en especial para Dios, como señal de agradecimiento de haberle dado la vida, pero, sobre todo haberle permitido dejar el consumo de alcohol.

Inspirado en su imaginación y amor a Dios, elabora las imágenes religiosas a base de madera como este Cristo Crucificado en la Cruz y tendrá una longitud de 2 metros con 80 centímetros | Miguel Díaz

Todo empezó como un distractor, “un día observé un tronco de madera en la bodega de mi trabajo y de la nada tomé un martillo un cincel y empecé a elaborar la figura hasta llegar a formar primero una cruz, posteriormente decidí agregarle un santo que fue Jesús y así hasta que lo logré” dijo.

Posteriormente, lo pintó e investigó el tipo de material aplicable a la madera para su conservación ante el paso de los años y plagas, así como a resaltar los colores.

La primera escultura a base de madera que elaboró le tomó de uno a dos años, fue con una figura religiosa “lo hice de una manera natural, no tuve ninguna imagen para apoyarme o algún trazo que seguir, no he tomado algún curso de artes plásticas o pintura, lo hice inspirado en Dios, pues desde chico y gracias a mis padres me inculcaron la religión católica, pues nací cerca de un convento en el estado de Oaxaca”, agregó.

Entre las figuras religiosas que ha elaborado destacan el Cristo clavado en la cruz, la Virgen María, San Judas Tadeo, entre otros santos con sus respectivos nichos que es parte del escenario que el artista busca proyectar para atrapar la vista de las personas que saben admirar este tipo de obra de arte.

INSPIRADO EN LA FE

“Al momento de estar elaborando una de las primeras esculturas a base de madera sentí que algo me inspiraba, pero también mi deseo de sacar de mi cuerpo esa desesperación en mí que te provoca la enfermedad del alcoholismo y la mejor terapia es hacerlo a través de este tipo de obras religiosas”, explicó Raymundo.

Foto: Miguel Díaz | El Sol de Tampico

Padeció de la enfermedad del alcoholismo y está enormemente agradecido con Dios “que me haya retirado del alcohol que destruye familia, destroza tu entorno social, pero Dios me dio la oportunidad de reivindicarme por eso hoy en día estoy agradecido con él y lo demuestro en este tipo de trabajos”, explicó orgulloso.

A pesar de los años que lleva elaborando las figuras religiosas talladas en madera jamás ha comercializado alguna, ya que no ha encontrado el monto de valor para colocarlo al público, pero cuando eso suceda cumplirá sus tres deseos.

“Estas figuras cuando las llegue a comercializar el dinero que obtenga estará destinado una parte para las agrupaciones de niños, así como de las mujeres que luchan contra el cáncer y otra parte para llevar a cabo mi vejez con una mayor tranquilidad, aún no decido cuándo las empezaré a vender”, destacó.

SU MÁXIMA OBRA, UN CRISTO CRUCIFICADO

En la actualidad elabora un Cristo crucificado de dos metros de alto por 80 centímetros de ancho, en madera de encino y en sus ratos libres le está dando la forma al rostro, piernas, pecho, pies y la base donde reposará la imagen, pero le falta aún la cruz de madera, misma que está planeando qué tipo de textura deberá ponerle para hacerlo atractivo a la vista de todos.

“La materia prima que ocupo son troncos de árbol que los compañeros de trabajo me regalan o bien cuando me entero de que tumban un árbol acudo a rescatar los troncos o parte de su tallo original que me permita elaborar un nuevo proyecto de figura”, destacó.

El entrevistado recordó “este tipo de obras es para retribuirle a Dios todo lo que me ha dado, mi esposa, mis cuatro hijos, nietos, bisnietos, mi trabajo, los amigos y la oportunidad maravillosa de haber llegado hace 36 años aquí a Altamira y de la que no pienso irme, pues aquí encontré mi felicidad y me alejé del problema del alcoholismo”, puntualizó Raymundo Antonio, mientras sonríe satisfecho.