Don Raymundo, el bolero de Pepito El Terrestre

Lleva más de medio siglo en el oficio en la ciudad del sur de Tamaulipas

José Luis Tapia | El Sol de Tampico

  · martes 25 de abril de 2023

Don Raymundo comentó a El Sol de Tampico que a pesar de haber nacido en San Luis Potosí se considera tampiqueño | José Luis Tapia

Para Don Raymundo González Ortiz el oficio de bolero ha sido su vida y le ha permitido conocer a gran cantidad de personas de la zona sur de Tamaulipas, entre ellos al inolvidable Pepito El Terrestre, quien fue su cliente.

Quien es mejor conocido como "El cocas", lleva más de medio siglo lustrando zapatos en el centro histórico de Tampico, es uno de los más antiguos en el oficio y a sus 81 años ha dado grasa a políticos y artistas.

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Se acababa una grasa en el calzado de Pepito

Él fue el bolero de José Calderón, mejor conocido como Pepito El Terrestre, a quien le boleaba sus zapatos cada tercer día a principios de los años 70.

Recuerdo que para darle brillo a sus zapatos me tenía que hacer para atrás en mi banquillo; de lo grande que era no cabía y casi me acababa una grasa con sus zapatos porque eran muy grandes", comentó Don Ray.

Nacido en el año 1942 en Cárdenas, San Luis Potosí, y llegó a radicar al Puerto Jaibo a los siete años con sus padres.

Debido a la difícil situación económica de la familia, desde muy pequeño comenzó a ganarse la vida vendiendo chicles en las cantinas, con el paso del tiempo hacía mandados en Alijadores y vendió refrescos en el antiguo parque de beisbol, donde se ganó el mote de "El Cocas".

Se acababa una grasa en el calzado de Pepito | José Luis Tapia

"Alguna vez rentamos unos cuartos en la colonia Cascajal y eran de la mamá de Pepito El Terrestre, así que éramos vecinos" recordó.

A inicios de los años 70 decidió convertirse en bolero y desde hace 53 años lustrar zapatos se convirtió en su forma de vida, lo que le permitió sacar adelante a su esposa y dos hijos.

"Comencé a bolear aquí en la Plaza de la Libertad para sacar a delante a mi familia, ya trabajaba en Alijadores por las noches y comenzaba a bolear de 6 de la mañana a 7 de la noche, cobraba 10 o 15 centavos la boleada".

Recuerda a Pepito como un hombre muy serio, "hasta parecía que estaba enojado, pero ya cuando platicaba con él era otro, era muy sociable y amigable, siempre le gustaba traer sus zapatotes bien boleados", asegura el lustrador tampiqueño que solo paro su labor por la pandemia.

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Este es uno de los más representativos de México, forma parte de la cultura urbana representado por personajes como Cantinflas con "El bolero de Raquel", incluso personalidades como el mismo Pelé fue lustrador de zapatos, luego sus botas dieron lustre y gloria al futbol mundial.

Nacido en el año 1942 en Cárdenas, San Luis Potosí, y llegó a radicar al Puerto Jaibo a los siete años con sus padres | José Luis Tapia

"Cuando uno llega a un buen bolero, lo primero que hace es ofrecer una buena revista, un periódico, para que esté relajado mientras el maestro trabaja, si ve que el zapato no está en condiciones, puede animarlo a repararlo, o le hace un cambio de agujetas que deje una mejor imagen".

Don Raymundo comentó a El Sol de Tampico que a pesar de haber nacido en San Luis Potosí se considera tampiqueño, enamorado de la ciudad que asegura "se ha transformado de una manera muy bonita, muy limpia, con sus edificios históricos hermosos”.

"En este oficio a veces hay y a veces no hay, pero yo seguiré boleando hasta que Dios diga, donde manda capitán no gobierna marinero y ser bolero para mí significa estar en contacto con la gente y es una distracción es mi vida" dijo.

A los jóvenes ya no les gusta usar los zapatos boleados

Traer los zapatos limpios y boleados, que hasta hace unos años era un distintivo de elegancia, hoy pareciera que es pasado de moda, ya que los jóvenes no lo acostumbran.

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El presidente de la Asociación de Boleros de Tampico, Sergio Baltazar Hernández, dijo que "cuando ingresé al oficio, en 1986, éramos más de 100 en la ciudad, hoy solo somos 39 y hemos tratado de irnos acoplando a las nuevas modas, pero sí está complicado".

Consideró que cada vez son menos los jóvenes que tienen el hábito de asear el calzado y los que lo hacen es porque en sus trabajos les exigen buena presentación.

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"Regularmente, la gran mayoría de los que vienen a lustrar sus zapatos son gente adulta y ahora vienen más damas, pero son muy pocos los jóvenes que vienen" expuso.

Para Don Raymundo y Sergio Baltazar, el oficio de bolero les ha dado diversas experiencias, como conocer a personajes como Pepito el Terrestre, pero sin duda lo que más disfrutan es la plática diaria con sus clientes a quien muchas veces terminan considerándolos sus amigos o confidentes.